No cabe la menor duda de que ganarle al Deportivo Alavés en su estadio es tarea difícil. Pues sus aficionados, conocidos por el apelativo 'babazorros', alientan a su equipo sin concederse tregua alguna durante el transcurso de los partidos. El estruendo que se produce en las gradas frente al Real Madrid es superior a cualquier otro. Hoy no podía ser menos; debido a la pésima clasificación del equipo dirigido por el técnico Coudet.
El Madrid, a pesar de que tiene que jugar en apenas nada y menos frente al Arsenal un encuentro de suma importancia, no escatimó esfuerzos para imponerse a los jugadores vitorianos. El gol de la victoria lo logró Eduardo Camavinga de un zurdazo magnífico en el minuto 37. A propósito: el centrocampista francés destacó además por su extraordinaria labor como chico para todo. Robó balones, estuvo preciso en los pases y, por si fuera poco, fue capaz de multiplicarse a fin de paliar la inferioridad númerica de su equipo por la expulsión de Kylian Mbappé.
Hay quienes dicen que con diez futbolistas se juega mejor que con once. Siempre y cuando haya alguien en el centro del campo capaz de actuar como lo ha hecho hoy Camavinga. El internacional francés, tantas veces criticado, ha mostrado hoy su enorme poderío. Cierto es que Valverde y Tchouamení han estado también a gran altura. Carlo Ancelotti le dio entrada a Vinicius y Bellingham cuando el partido estaba dando las boqueadas. Y el Alavés ya estaba jugando con diez por la expulsión de Manu Sánchez.
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