El Real Madrid le da vida al Barcelona

Y lo ha hecho por jugar como si el Valencia fuera un adversario de inferior categoría y por consiguiente que tarde o temprano sería derrotado. Da la impresión de que los jugadores merengues, salvo alguna que otra excepción, han dado en la manía, y no es la primera vez que lo aireo, de que las remontadas son para ellos pan comido. Lo cual, además, les supone participar en esa fiesta que se produce en el Bernabéu y de la que ellos disfrutan como si fueran niños recogiendo los regalos de los Reyes Magos. Y, claro, no siempre la suerte se alía con ellos. 

Conviene resaltar que el 'equipo che' ha actuado con disciplina en los marcajes. Amén de haber aprovechado las dos ocasiones de gol que han tenido.  Debido, una vez más, a que los centrales del Madrid, de gran estatura, siguen fallando en el juego por elevación. De ahí que semejante pifia fuera aprovechada por Diakhaby al rematar un córner con la testa. Vinicius Juniór empató muy pronto. Pero antes había fallado otra pena máxima. Lo cual evidencia que se altera muchísimo cuando decide ejecutar penaltis. Ora con el Madrid, ora con con la selección de su país. Pero Ancelotti se hace el sueco...

Diakhaby marcó el primer tanto al rematar con la cabeza un balón procedente de un saque de esquina. Ante la pasividad de los defensores blancos. Cuyas deficiencias en el juego por elevación son alarmantes. De ahí que los córners contra los blancos producen pánico entre los aficionados madridistas. Semejante desatino defensivo se ha convertido en crónico.  Y cuando el Valencia se defendía ya con uñas y dientes, dando por muy bueno el empate, llegó el tanto de Hugo Duro en la recuperación de tiempo perdido. Es decir, en el 90+5. 

Desolación por tanto en el Santiago Bernabéu. No cabe la menor duda de que el Madrid comete errores muy graves cuando defiende. Es decir, que su sistema defensivo deja mucho que desear. Y, por consiguiente, encaja goles absurdos. Ello sucede cada dos por tres. Pero Carlo Ancelotti no consigue remediar tan grave problema.  Lo cual no deja de ser un desatino del técnico italiano.