Seis temporadas llevaba el Real Madrid sin ganarle al Villarreal en su feudo. De modo que el Estadio de la Cerámica se convirtió en un campo considerado gafe para el equipo blanco. Se llegó a decir que los futbolistas merengues decaían ante los colores amarillos. Pues ya sabemos la mala fama que tiene ese color entre las personas supersticiosas. Nada que objetar al respecto. Puesto que en esta vida cada cual puede creer en lo que le dé la real gana.
Pues bien, a los siete minutos del encuentro Foyth batió a Courtois. Lo cual no fue una sorpresa. Puesto que el equipo dirigido por Carlo Ancelotti suele concederles ventaja a sus rivales nada más empezar a rodar el balón. El portero belga evitó el segundo gol. Y Kylian Mbappé se encargó de darle la vuelta al marcador en un amén.
Temporadas atrás, Sorloth -hoy jugador del Atlético- pertenecía al Villarreal y hacía sudar tinta china a los centrales del Madrid. En esta ocasión fue Ayoze Pérez quien le dio la tarde a Fran García. Por ese costado decidieron atacar los futbolistas dirigidos por Marcelino Toral. A propósito: ¿Por qué todos los equipos tratan de penetrar por esa banda?... Simple y llanamente porque por ese costado nadie ayuda al lateral. Juegue quien juegue en esa posición.
Eduardo Camavinga fue una vez más el animador del centro del campo. Es admirable su voluntad, espíritu de sacrificio y su habilidad para robar balones cuando el equipo no está rindiendo como debe... Además de haber ido aumentando su conocimiento acerca de cómo ha de actuar en el centro del centro del campo. Y sobre todo tiene cualidades suficientes para ocupar cualquier puesto en esa zona vital del terreno de juego. En suma: el Madrid obtuvo los tres puntos en una plaza muy difícil. Y lo hizo, conviene decirlo, tras llegar exhausto tras su partido de la UEFA Champions League frente al Atlético de Madrid. Es decir...
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