"El partido acabó con empate a tres. Debido a que el Rayo se aprovechó de la debilidad defensiva del Real Madrid. El equipo dirigido por Ancelotti es un desastre defendiendo. Da grima ver las facilidades que tienen sus rivales para batir a Thibaut Courtois. A quien no se le puede culpar de lo que está sucediendo. Cada saque de esquina contra el equipo merengue es ocasión de gol. Y cada centro desde las bandas es una tortura. Lo lamentable es que no se ven síntomas de mejora en tales deficiencias. Verbigracia: da pena ver que los adversarios altos son marcados por Arda Güler, por Brahim, por Fran García o por Lucas Vázquez en el área pequeña.
El centro del campo del Madrid tampoco cuenta con futbolistas capaces de proteger a la defensa en esos menesteres. Alguien podría decirme que se fichó a Tchouamení para que fuera un mediocentro que hiciera de central cuando su equipo se viera agobiado en faltas y córners. 'Pero que si quiere arroz Catalina'. Parece mentira que su entrenador no sea capaz de enmendar unos fallos que se han hecho crónicos. Hasta el punto de que semejante inseguridad ha contagiado a Rüdiger. El cual llegó precedido de su dominio en el juego aéreo.
Al margen de esas deficiencias en los balones aéreos, los delanteros blancos tampoco defienden como deben cuando sus rivales están en posesión del balón. Es harto conocido que sus figuras relevantes son delanteros. De modo que Vinicius Juniór, Kylian Mbappé y Rodrygo Göes no corren hacia atrás cuando su equipo los necesita, salvo raras ocasiones. De modo que el sistema 4-3-3 se convierte en un dibujo tan inestable como accesible para los contrarios. Me imagino que Carlo Ancelotti tardará nada y menos en corregir esas deficiencias para cortar de raiz los goles absurdos que viene encajando su equipo".
Pues bien, cuando ha transcurrido poco más de un mes desde que a mí me dio por opinar así, el Real Madrid volvió a las andadas frente al Fútbol Club Barcelona cuando parecía que ya imperaba el orden defensivo en el equipo más laureado del mundo. Disciplina futbolística de vital importancia para no recibir goles ilógicos por mor de una dejadez inconcebible. En casos así, cabe decir que el entrenador tiene gran parte de culpa. Puesto que a él le corresponde imponer el sistema defensivo.
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