Felipe Moreira de Sousa, conocido futbolísticamente por Endrick, es un jugador brasileño que a la chita callando se está ganando un puesto en el Real Madrid. Y a lo mejor termina siendo como aquel otro llamado Iván Zamorano; delantero chileno que hacía goles salvadores cuando la cosa se ponía contracorriente. De momento, hay que reconocerle que tiene una facilidad pasmosa para desenvolverse en esos espacios tan complicados que son las áreas, tanto en la grande como en la chica. Hasta el punto de que siembra el desconcierto entre sus marcadores cuando Carlo Ancelotti decide darle minutos de juego.
El rostro de Endrick evidenciaba lo mal que le sentaba ser suplente en el equipo blanco. Se le veía a una legua cada vez que las cámaras de televisión lo enfocaban en ese lugar llamado banquillo. No ha mucho tiempo aireó su enfado. Pero bien pronto se percató de que esa forma de proceder no encajaba en el Real Madrid y recurrió al propósito de enmienda. Es decir, a no decir más esta boca es mía. Y parece ser que ello le está funcionando bien. Hasta el punto de que está ganando fama de ser un un jugador revulsivo cada vez que su entrenador requiere de sus servicios.
No tengo la menor duda de que el delantero del Madrid está recibiendo los mejores consejos de Roberto Carlos. Pues su paisano tiene mucho peso en la 'Casa Blanca'. Y además está convencido de que el joven Endrick acabará siendo una figura indiscutible del mejor equipo del mundo. Ayer demostró, una vez más, lo peligroso que es cuando pisa el área. Y sus goles en el minuto 107 y 118 fueron decisivos para que su equipo terminara ganándole al Celta en la prórroga. De seguir así, Endrick será una pieza vital en su equipo. Si no lo es ya...
Ah, Eduardo Camavinga debe serenarse cuando defiende cerca de su área. Puesto que sus entradas alocadas en esa zona de vital importancia acaban siempre en faltas o penalties...
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