El equipo mejicano se atrevió a presionar al Real Madrid muy arriba y con la defensa adelantada. Incluso puso a prueba a Thibaut Courtois en dos ocasiones. Mientras que el equipo merengue se mantuvo firme en su propio campo. A partir del minuto veinte, más o menos, los futbolistas del Pachuca principiaron a dar muestras evidentes de cansancio y sobre todo se percataron de que estaban ya a merced de su rival. Debido a que sufrían de lo lindo por las bandas que dominaban Rodrygo y Vinicius. El segundo hizo una jugada genial y decidió servirle en bandeja el primer gol a Kylian Mbappé. Corría el minuto 36 y a partir de ahí todo fue coser y cantar para el equipo entrenado por Carlo Ancelotti.
En lo tocante a Vinicius sería injusto no reconocerle la generosidad que viene mostrando con Kylian Mbappé desde el primer día que lo tuvo como compañero por su banda. Por ejemplo: el brasileño no duda en asistir con pases de goles cantados al francés cuando bien podía marcarlos él. Da pena ver que tales gestos no son aireados por los medios de comunicación. No cabe la menor duda de que día llegará en el cual sea Mbappé quien destaque esa bonhomía de su compañero. La cual le está ayudando a recuperarse de los desaciertos inconcebibles en una estrella del fútbol mundial.
El segundo gol lo obtuvo Rodrygo Göes en el minuto 52. De él cabe decir que se ha propuesto destacar sobremanera en todos los partidos. Y lo está consiguiendo mediante jugadas individuales por su banda y que suelen terminar casi siempre en goles o asistencias extraordinarias a sus compañeros. Lejos queda aquel Rodrygo que no tomaba decisiones por dudar de sus cualidades técnicas y que no explotaba sus regates y su velocidad. Y qué decir de sus disparos desde la media distancia. El Madrid actual se puede permitir el lujo de jugar bajo el sistema 4-3-3 porque tiene dos extremos extraordinarios. Cierto es que a la hora de defender es necesario que tanto Kylian Mabpee como Jude Bellimghan se sacrifiquen más.
Vinicius Junior marcó el terce tanto de penalti. Lo hizo cuando el partido estaba ya acabándose. Gol que ponía la guinda al buen encuentro que estaba realizando. A Vinicius es conveniente que sus más allegados le quiten de la cabeza ese pesimismo que pudiera tener por no haber ganado el Balón de Oro. Pero los votantes del premio decidieron que no lo merecía por el hecho de rebelarse contra quienes lo habían venido insultando sin solución de continuidad en casi todos los campos. O sea.
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