El Seleccionador de España está en la cresta de la ola en un puesto en el cual resulta difícil librarse de las críticas negativas. Debido a que las exigencias son máximas. Es decir, que amén de ganar hay que jugar bien... Y aun así se le reprochará que se haya olvidado de elegir a futbolistas que tienen muchos seguidores y gozan de un trato exquisito por parte de los periodistas deportivos. Verdad incuestionable. Del técnico riojano se ha dicho que tiene a la buena suerte como aliada. Como si ser protegido por la Diosa Fortuna no fuera necesario en todas las actividades de esta vida. Pero a ella, si la hubiere, hay que ayudarla. Y es lo que ha venido haciendo hasta ahora Luis de la Fuente.
Me explico: si alguien repasa la lista de jugadores seleccionados por él, bien pronto se percatará de la cantidad de buenos futbolistas que hay en España. Tal es así que están muy solicitados en las mejores Ligas del mundo. Y, desde luego, los que afrontan ese reto, salvo excepciones, se forman notablemente en todos los sentidos. Y sobre todo en su carrera deportiva. Verbigracia: Fabián Ruiz. Dani Olmo. Morata. Pedro Porro. Laporte. Grimaldo. Rodri... y muchos más. Los que unidos a los jóvenes que van descollando en clubes como el Barcelona -en este caso por razones económicas más que conocidas- suponen una ventaja de la que no gozan muchas selecciones.
Por consiguiente es necesario reconocer que Luis de la Fuente ha sabido aprovecharse de una ventaja que está dando los frutos apetecidos: Su gran conocimiento de nuestro fútbol al frente de la Selección sub-21. Y asimismo de los adversarios con los que se iban enfrentando y que estaban repletos de futbolistas que actualmente están en los combinados absolutos. En fin, el seleccionador español aprendió bien pronto que la suerte debe ser mimada para que no se aburra y se vaya donde el viento da la vuelta.
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