Yo entiendo que marcar a Vinicius Juniór sea motivo de preocupación de los entrenadores rivales cuando se enfrentan al Madrid. Debido a que la estrella brasileña es capaz de resolver el partido en un amén. Pues cuenta con cualidades extraordinarias para ello. Verbigracia: es veloz con y sin balón; desborda a sus marcadores constantemente y logra que los sistemas defensivos se quiebren con su forma de conducir la pelota y con sus inimitables regates.
Hay dos defensas que ocuparon en su día las primeras páginas de los periódicos por tratar de amedrentar al delantero madridista con entradas peligrosas. Amparados por un árbitro que miraba para otro lado a fin de no complicarse la existencia en un Estadio caliente como es Son Moix cuando el adversario es el equipo merengue. Los laterales Antonio José Raillo y Pablo Maffeo se emplearon con una dureza alevosa en su momento y no recibieron ni siquiera una tarjeta de apercibimiento.
Ambos futbolistas se manifestaron con franqueza cuando fueron preguntados al respecto: "Vinicius es tan bueno que para evitar su peligro es necesario tratarlo con mucha dureza". Semejante declaración fue tomada como algo natural. Incluso algunos periodistas esbozaron una sonrisa de satisfacción por la respuesta recibida. Profesionales de medios de comunicación que luego llegaron a culpar al futbolista de cómo era tratado.
Pues bien, ha pasado un año más o menos de lo contado y Vinicius sigue recibiendo entradas que causan pavor y que en cualquier momento lo pueden desgraciar para siempre. Sin embargo, los dirigentes arbitrales no dicen ni mú de un asunto que ya clama en el mundo entero. Y sobre todo en Brasil. Donde recelan que su futbolista cause baja en la Selección por mucho tiempo y por mor de una violencia inadmisible. O sea...
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