Los medios de comunicación no han cesado de decirles a los aficionados que tenemos la mejor Selección de Europa y una de las mejores del mundo. Han encumbrado a jugadores como Yamine Lamal y Nico Williams. Y no se han cortado lo más mínimo en airear que con ellos es difícil derrotar al combinado dirigido por ese buen técnico que es Luis de la Fuente. Siempre tan comedido como atiborrado de fe en los suyos.
Las opiniones acerca del partido que había de jugarse contra Serbia estuvieron preñadas de soberbia. Faltó sacar del baúl de los recuerdos la famosa frase de Helenio Herrera: "Ganaremos sin bajarnos del autocar". Semejante proceder es contraproducente en el deporte. Y mucho más cuando el combinado español cuenta con varios futbolistas con la edad en la boca. Y por tanto suelen tener altibajos. Verdad incuestionable.
La Selección Serbia adelantó su defensa y presionó a la que es ya conocida mundialmente como La Roja. De modo que ello le permitió gozar de dos ocasiones claras de gol. La mejor fue la que tuvo Luka Jovic. Cuando lo más fácil era enviar el balón al fondo de la red. De haber acertado el que fuera jugador del Madrid, a España le habría costado lo indecible no salir derrotada del Estadio Rajco Mitic. En fin, que el empate, visto lo visto en el terreno de juego, vale un Potosí.
Ahora bien, sería conveniente que los periodistas no lancen las campanas al vuelo en la víspera y durante los partidos de la Selección, otorgándole un favoritismo improcedente. Por cuestiones obvias. Menos mal que el seleccionador con su forma de ser se encomienda a Dios, según airea él, y se atiborra de prudencia. O sea, que "tiene los pies en la tierra".
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