El Madrid cuenta con uno de los mejores jugadores del mundo. Nacido en Brasil pero criado desde niño en la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Se llama Vinicius Juniór y es objeto de todas las críticas habidas y por haber por parte de las aficiones rivales. Acostumbrado a ser tratado acerbamente desde que jugó sus primeros partidos en el Madrid-Castilla, Vinicius fue adquiriendo una mentalidad adecuada para salir ileso de la saña con la cual se le trata en los estadios españoles. Ambiente enrarecido hasta extremos insospechados que no le impiden destacar sobremanera en casi todos los encuentros.
El Estadio el Sadar es un estadio de Pamplona en el cual juega El Club Atlético Osasuna. Recinto que se ha distinguido siempre por acceder a él una afición que se hace notar animando a su equipo pero también por ser respetuosa con sus adversarios. Hasta el punto de que es elogiada como ejemplo de saber estar... Así que no se entiende cómo es posible que la visita del Madrid, desde hace unos años, produzca un estado de excitación tan grande en una Navarra tan respetada y admirada por sus fiestas tradicionales y por otros valores reconocidos.
El Madrid, sin embargo, acostumbrado a visitar ambientes enrarecidos, no se arredró -una vez más- ante el generado contra Vinicius en El Sadar. Quien volvió a demostrar que esa ira concitada contra él la soporta como si fuera una riña familiar por llegar a casa a deshora de la noche. Abroncar al mejor extremo del mundo por sistema no es sino motivo suficiente para que el equipo blanco redoble sus esfuerzos y salga victorioso del enfrentamiento. Y, para más inri, hizo posible que Vinicius lograra marcar el primer gol y el tercero de los cuatro obtenidos por su equipo. Los otros fueron obra de Carvajal y Brahim. Vinicius es una estrella envidiada en España.
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