El cansancio del Madrid era evidente. Claro como el agua clara. No en vano llegaba al partido contra el Almería zurrado por el esfuerzo realizado en la Supercopa de España y la eliminatoria de la Copa del Rey frente al Atlético en el Civitas Metropolitano. El entrenador italiano tiene plantilla suficiente para dar oportunidades a los que menos juegan. Pero no lo hizo. Y el Madrid sufrió de lo lindo para ganarle a un Almería que hizo méritos sobrados para -como mínimo- puntuar en el Bernabéu.
El equipo andaluz se adelantó en el marcador cuando aún había muchos espectadores buscando su asiento. Tanto que hizo Ramazani. Y, por si fuera poco, Edgar obtuvo el segundo en el minuto 42. Ambos goles mostraron las debilidades defensivas del Madrid. Las que unidas a su baja condición física hicieron posible que los jugadores del colista creyeran en la victoria. Por más que supieran que las remontadas en el Bernabéu son habituales.
Carlo Ancelotti trató de enmendar durante el descanso la pifia que había cometido. Y dio entrada a Joselu por Rodrygo, a Brahim Díaz por Nacho y asimismo Fran González lo hizo por Mendy. Y los goles fueron llegando por medio de Jude Bellingham (penalti), Vinicius y Carvajal. Pero la victoria no tiene nada de épíca. Pues el partido ni siquiera es digno de ser recordado. Por muy madridista que se sea. En fin, encuentro para olvidar. Por cierto, creo que el ritmo que lleva Bellingham puede ocasionarle un desgaste que acabe en lesión. Necesita misión concreta y no dejarle que corra a su libre albedrío.
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