El Madrid ha jugado mirando al Betis por encima del hombro

Actitud desconocida en el equipo blanco. El cual se ha distinguido siempre por no darle tregua a ningún adversario. El partido jugado por el líder en el Villamarín ha sido decepcionante en todos los sentidos. Se ha dejado dominar en el primer tercio del encuentro. Hasta el punto de que el Betis se ha crecido y hasta Isco Alarcón parecía que era la mejor estrella de La Liga Santander. Menos mal que semejante desatino contó con veinte minutos extraordinarios de Rodrygo Göes. El brasileño, con sus regates en velocidad y ganas de seguir destacando en ese juego a la contra que tan bien se le da, enchufó a Bellingham. Y el inglés marcó en el 53'. 

A partir de ese momento el Madrid empezó a sestear otra vez y dejó que Isco jugara a su libre albedrío. Y el centro del campo blanco se deshizo como un azucarillo en el agua. Kroos, Modric y Valverde pèrdieron el norte de la situación y Ancelotti fue incapaz de poner orden en su equipo que volvía a caer en la tentación de querer ganar andando y haciendo alardes de pasecitos en cortos y al pie. Frente a un Betis espoleado por su público y convencido de que dominando tendría la oportunidad de empatar. Lunin y el poste evitaron dos ocasiones de gol. Pero el portero ucraniano no pudo hacer nada en el durísimo disparo de Ruibal desde una distancia considerable. Un obús que facilitó Rüdiger con sus dudas en el marcaje al autor del tanto. 

Ancelotti recurrió a los cambios en el minuto setenta. Cuando ambos equipos buscaban el gol de la victoria. Y se le presentó a Joselu una ocasión clara para batir a Rui Silva. Pero, una vez más, el delantero falló estrepitosamente. Está visto que el día que no marque Bellingham, o el inglés no pueda jugar por cualquier curcunstancia, habrá que implorar a la Diosa Fortuna para que los delanteros acierten con sus remates. Ojalá que pronto se recupere Vinicius y Ancelotti pueda solucionar el problema con Rodrygo. Pues demostrado está hasta ahora que el nueve no puede ser Joselu. Ah, Lucas Vázquez tampoco está para muchos trotes.