El 23 de mayo del año que corre, si mal no recuerdo, Vinicius Junior fue ultrajado constantemente en Mestalla. Y, por si fuera poco, hubo jugadores del equipo 'che' que se unieron a la algarabía. El estadio se convirtió en un infierno para el brasileño. El cual había sufrido ya toda clase de vejaciones nada más bajarse del autocar a su llegada al recinto deportivo. En aquel entonces, la víctima fue criticada acerbamente por no achicarse ante aquel ataque ignominioso. Desde entonces, las relaciones entre el Madrid y Valencia son más que tirantes.
En el partido de ayer, Vinicius y Rodrygo disfrutaron de lo lindo a medida que Giorgi Mamardashvili iba sacando balones desde el fondo de su portería. Ambos culminaron su buen juego con dos goles cada uno. El primero de la goleada lo obtuvo Carvajal, tras un pase de Rodrygo Göes. Corría el minuto 3 y los valencianos pusieron a prueba a Lunin. Pero el portero ucraniano volvió a dar muestras evidentes de que está capacitado para defender la portería del equipo blanco. Ni que decir tiene que tanto Vinicius como Rodrygo celebraron sus tantos con esa alegría que produce castigar a un adversario al que no se aprecia en absoluto. Aunque no llegaron a excederse en sus efusiones.
Los dos goles marcados por Rodrygo y su buen juego, con asistencias incluidas, deben servirle para recuperar la moral perdida por sus desaciertos anteriores. El Madrid tiene la suerte de contar con los dos extremos brasileños. Necesarios para jugar bajo el sistema 4-3-3. Dado que tienen velocidad, regate, conducciones de balón en carrera inmejorables y habilidades suficientes para romper bloques bajos. Y sobre todo para sorprender al contraataque con facilidad pasmosa. Ahora bien, el equipo blanco necesita recuperar cuanto antes a Jude Bellingham como delantero flotante. Dado que formarían un trío inmejorable.
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