La suerte se alió con España en el Sánchez Pizjuán

La capital hispalense ha sido siempre el mejor escenario para la Selección Española. El ambiente que rodea a nuestro combinado hace posible que sus jugadores ganen incluso cuando no son superiores a sus rivales. Ayer ocurrió, una vez más, lo reseñado. En principio, conviene reconocer que bien pudo el árbitro darle validez al gol marcado por Mactominey. A quien yo vi destacar sobremanera en el Manchester United. A propósito: la figura escocesa anduvo por el césped como Pedro por su casa. Mientras que Rodri estuvo perdido durante muchos minutos.

Escocia fue un rival con jugadores disciplinados en los marcajes y defendiendo en bloque muy cerca del área grande. Incluso no fallaron en los balones por elevación. Carencia que se les adjudicaba por actuaciones anteriores. El dibujo que componían sus futbolistas en el césped se veía a una legua. Unas veces lo hacían mediante un 5-4-1 y otras bajo el 5-3-2. España, en cambio, optaba por el 4-3-3. Ferrán Torres tuvo la primera ocasión para batir a Angus Gunn. Sucedió nada más principiar el partido. 

Con empate a cero se llegó hasta el minuto setenta. Y tres minutos después, cuando parecía que marcarle un gol a los escoceses era una quimera, llegó el tanto del siempre oportunista Morata. Lo hizo rematando con la testa un pase impecable de Jesús Navas. Especialista en esas acciones. El 2-0 lo consiguió Porteus en propia puerta (86'). Resumiendo: España depende mucho de Rodri. Su juego es de vital importancia para la Selección. De ahí que sea objeto de marcajes severos. En fin, el combinado dirigido por Luis de la Fuente deja entrever dudas... Pero en los momentos cruciales tiene la suerte a su favor. Que no es poco.