No conviene echar en saco roto la cruel entrada que le hizo Marcos Acuña a Dani Ceballos en el Sánchez Pizjuán. Hecha, además, en el preciso momento en que los aficionados del Sevilla increpaban al jugador utrerano por su procedencia bética. A favor de corriente, el defensa argentino quiso ganarse la voluntad de un público, su público, que gritaba a voz en cuello maldades contra una figura nacida en la tierra. Será muy difícil erradicar que haya gente, muchísima gente, que vaya al fútbol para vociferar porque les sale de la entrepierna. .
Conviene destacar que Ceballos no se arredró en ningún momento de ser objeto de la ira de los aficionados hispalenses. Es más, destacó sobremanera en esa zona vital del centro del campo. Eso sí, la defensa blanca volvió a mostrar su flaqueza. Corría el minuto 3 cuando Rafa Mir, tras varios despìstes de la zaga rival, batió a Courtois con un disparo potente que entró por la escuadra. El dominio del equipo local era evidente. Pero, cuando faltaba nada y menos para llegar al minuto 30 de juego, surgió Rodrygo Göes. El cual, sin prisa pero sin pausa, va dando pruebas suficientes de ser una figura indiscutible de su equipo y de la Selección de su país.
Rodrygo empató con un gol de falta en el (29'). Tanto que acusaron lo jugadores locales y que levantó el ánimo de los visitantes. Mas lo mejor estaba por llegar. Ocurrió en el minuto 69. Cuando Rodrygo, tras una jugada excepcional, batió a Bono. Describir la belleza de la jugada es muy difícil. Por más que sea de esas que se alojan en sitio principal de la alacena de la memoria. El jugador brasileño, a pesar de que ha sido etiquetado como necesario cuando los partidos se complican y el marcador es adverso, es ya esencial desde el comienzo de los encuentros.
Es verdad, y cabe destacarse, que si el Madrid juega con Vinicius y Rodrygo por los costados, sus laterales deben ser muy buenos para soportar que a veces, no pocas, Rodrygo y Vinicius tarden en correr hacia atrás para echarles una mano en tareas defensivas. Aunque todo es cuestión de que el sistema de juego cuente con la voluntad de todos sus componentes. Pues es lamentable que el entrenador deba sacrificar a Rodrygo obstinadamente.
Ah, Marcos Acuña no entiende por qué le expulsó Soto Grado... "Hay gente pa' tó".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.