Todos mienten

Cojo el teléfono y suena la voz de alguien a quien estimo como amigo, pero no comparto sus opiniones acerca del deporte rey. Hasta el punto de que a veces lo mando, con buenos modales, allá donde el viento da la vuelta... Antes de perder la compostura y por consiguiente una amistad añeja. Mi amigo, debido a que tiene familia afincada en Cataluña desde los años sesenta, lleva muchos años luciendo una camiseta azulgrana que le sienta como un tiro. Aunque jamás se lo he dicho. Pues espejos tiene en su casa para percatarse de ello.

La llamada de mi amigo, tras los buenos días de rigor y cómo estás..., es para decirme que se ha extrañado muchísimo de que no haya escrito nada acerca de la forma de proceder de Vinicius Juniór con los árbitros. Y que éstos no se hayan atrevido a mostrarle la más que merecida cartulina roja al brasileño. Respiro hondamente antes de responderle con una grosería. Lo cual aprovecha mi interlocutor para seguir diciendo sandeces. Pero servidor, que no es muy dado a soportar gilipolleces, se muerde la lengua para no mandarlo a los Chirlos Mirlos.

Cuando mi amigo (?) se toma un respiro para darle un regate a un principio de afonía causado por la cantidad de tonterías que está largando por la mui, yo lo aprovecho para hablarle de esta guisa: Verás, Juan 'caído de un guindo', Vinicius juega como extremo nato. Demarcación en la que escasean los futbolistas como él. Cierto es que el Barcelona tiene a Raphinha, Dembelé y Ansu Fati, magníficos jugadores, mas ninguno está a la altura del futbolista merengue. Verdad incuestionable. Y, por si fuera poco, al jugador del Madrid lo maltratan sus marcadores porque los árbitros lo permiten. 

Los defensas encargados de marcar a Vinicius, cuando se les recuerda las entradas peligrosas que emplean contra el brasileño, con el consentimiento de los árbitros, suelen responder así: "Es tan bueno que nos vemos obligados a pararlo de cualquier manera...". Declaraciones de Arnau Martínez y Pablo Maffeo. Ambos han sido protagonistas en sus equipos por tratar de amedrentar al joven brasileño con una rudeza rayana en una violencia temeraria y dañina. 

Día llegará, si los árbitros siguen tolerando el antifútbol que se ejerce contra Vinicius, en que sucederá algo grave. Y entonces surgirán las voces hipócritas de quienes no han querido cortar de ráiz las entradas alevosas de los marcadores del mejor extremo del mundo, alegando que eso es fútbol. 'Todos mienten, pero no importa, pues nadie escucha'. Ni siquiera los árbitros.