El Madrid es odiado en la capital de la isla de Mallorca

La aversión que sienten en Palma hacia el Madrid se ha venido generando sin prisa pero sin pausa desde hace años. Tirria que no se entiende que exista en la capital de una isla que presume de su cosmopolitismo. Cierto es que el fútbol genera odios que son incomprensibles. Porque para odiar hay que esgrimir un motivo. Y los mallorquines dicen que Viinicius es la causa que los saca de quicio y los predispone a ser feroces espectadores cuando el equipo blanco visita Son Moix. Problema que irá en aumento si alguien del equipo blanco no toma la medida oportuna. 

El caso del jugador brasileño me recuerda, cambiando lo que haya que cambiar, al que se daba en el Estadio de Nervión cada vez que Paco Gento pisaba el césped sevillano. Todas las iras acumuladas contra el Madrid se concitaban en el conocido como la Galerna del Cantábrico. Pero el extremo blanco lo resolvía eludiendo el marcaje de su rival y poniendo de los nervios a Campanal II: Extraordinario defensa que no  hacía nada a derechas cuando tenía al santanderino enfrente. 

Vinicius Juniór, sin embargo, ante el maltrato que recibe en casi todos los estadios de la Liga Santander, gesticula a cada paso y acaba poniendo al público en su contra. Griterío que pone fuera de sí a sus compañeros. Los árbitros, que no quieren que los espectadores se alboroten, deciden inhibirse del asunto de modo sibilino; es decir, permitiendo que los defensas abusen del joven brasileño a base de entradas peligrosas, patadas brutales y faltas constantes. En fin, que se queda solo ante el peligro. Perjudicando a su equipo y por tanto a sus compañeros.

En suma: El Madrid ha perdido en Mallorca por un gol marcado por Nacho en propia puerta en un salto con Muriqui. El cual se ha bastado y sobrado para desequilibrar el sistema defensivo del Madrid. Que ha dado muestras visibles de endeblez manifiesta. Y tampoco ha destacado por su capacidad atacante. En rigor, cabe decir que el equipo blanco está en crisis de juego y resultados. Lo cual evidencia que necesita el revulsivo correspondiente.