Dani Ceballos fue aclamado en el Bernabéu

Recibir esa aprobación de miles de madridistas en un escenario mítico como es el Bernabéu no lo olvidará nunca Dani Ceballos. Fue clamorosa esa petición a voz en cuello que atronó el recinto para pedirle que se quedara en el Madrid. Es decir, que no se le ocurriera irse allá donde el viento da la vuelta para ganar mucho dinero y jugar un partido cada semana. Mucho tiempo le ha costado a Ceballos ser bendecido por una afición tan exigente como es la del equipo más laureado del mundo. Pero nunca es tarde si... 

Dani Ceballos, cuando jugaba en el Betis, destacaba porque corría, corría y corría... Defendía bien y además regateaba y sus conducciones de balón eran similares a las que Mateo Kovàcic mostraba en el Madrid. Con las que desbordaba líneas. Durante su etapa en el equipo verdiblanco nadie le reprochó al utrerano que correr con la pelota en los pies influía negativamente en el juego de su equipo. Por motivos varios y muy conocidos. Sino todo lo contrario.

Cuando parecía que el fin de la etapa de Ceballos en el equipo merengue era una realidad incuestionable, resulta que éste lleva unos partidos en los cuales se ha erigido como uno de los líderes indiscutibles del centro del campo. Zona vital en la cual Modric y Kroos han venido imponiendo su dominio. Y en la que Camavinga, Valverde y Tchouameni luchan denodadamente por hacerse un hueco en esa posición. El resurgir de Ceballos le ha venido a su equipo como agua de mayo. 

Aunque bien haría Ceballos en no bajar la guardia. Pues tiempo ha tenido para percatarse de que en el Madrid hay que dejarse la piel en cada partido. Porque quienes se duermen en los laureles lo pagan caro. Por consiguiente, ojalá que el centrocampista, por su bien y sobre todo por el de su equipo, trate por todos los medios de mantener ese espíritu de lucha que viene evidenciando y que unido a su calidad lo convierte en un futbolista muy necesario para Carlos Ancelotti.