Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 10 de octubre de 2022

El enfado de Busquets

No pensaba escribir del Barcelona-Celta. Pero tras leer muy de mañana la pregunta que Sergio Busquets le hacía a sus compañeros cuando los vigueses dominaban el partido y Ter Stegen, los palos y la falta de puntería de los rematadores visitantes evitaban goles cantados, he decidido hacerlo. El mediocentro azulgrana inquiría de esta guisa: "¿A qué estáis jugando?" El veterano futbolista daba muestras evidentes de estar muy decepcionado con sus compañeros. Puesto que el equipo céltico se adueñó del centro del campo en la segunda mitad y puso cerco a la portería defendida por el extraordinario guardameta alemán. Tratando por todos los medios de empatar un encuentro que iba perdiendo por un gol de Pedri, tras un fallo de Ünai en el minuto diecisiete.

A mí me parece muy bien la actitud del jugador nacido en Badía del Vallés. Puesto que cuenta con galones más que suficientes para dirigirse a sus compañeros cuando éstos no dan la talla. Toque de atención que no debe caer en saco roto. Sobre todo si quienes forman parte del equipo son jóvenes criados en la Masía o bien llegaron al club con fama y costaron una pasta gansa. Cierto es que la capitanía exige en quien la ostenta un comportamiento ejemplar y un rendimiento acorde con su categoría. De lo primero no tengo la menor duda en el caso que nos ocupa; mas no creo que el segundo requisito se cumpla. Dado que desde hace ya tiempo las carencias de Busquets son de claridad meridiana. 

Me explico: Sergio Busquets no da ese equilibrio necesario entre la defensa y el ataque. Recupera muy pocos balones. Sus pases a los delanteros consisten en aperturas a las bandas y no sorprenden. No se distingue por disparar desde la media distancia. No hace goles. Desaparece cuando su equipo es dominado y se hace imprescindible defender con ahínco. Y, por si fuera poco, su situación en el césped sirve de referencia para jugar con un centrocampista con tendencia ofensiva y sacrificado en su marcaje cuando corresponda. Algo a lo que se atreven pocos entrenadores. Craso error. 
  


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