El orgullo de los escoceses es harto conocido. Jugar frente al Rangers en el Ibrox Stadium o contra el Celtic en el Celtic Park supone enfrentarse a estadios llenos hasta la bandera por hinchas apasionados que crean un ambiente enfebrecido y que les da alas a los clubes más laureados del país. Los enfrentamientos entre ambos equipos están considerados como uno de los grande espectáculos deportivos que pueden verse en la ciudad de Glasgow.
El encuentro Celtic-Madrid había generado esa gran expectación que suscita el equipo merengue dondequiera que vaya. El griterio en las gradas, ensordecedor, hizo posible que, durante media hora, el equipo blanco tuviera que defenderse como gato panza arriba ante la presión insistente a la que fue sometido por su adversario. Aunque es bien cierto que la única ocasión de gol que tuvieron los escoceses fue un disparo al palo de McGregor.
Durante ese dominio del equipo dirigido por Ange Postecoglou, Jota le amargó la existencia a Carvajal. Quien no logró contener las acciones peligrosas del extremo portugués. A propósito: sería conveniente que el lateral blanco recuperara su mejor versión para evitar que los contrarios no carguen el juego por ese costado con el consiguiente perjuicio para Militâo. A quien se le amontona el trabajo... Ahora bien, lo peor para el Madrid sucedió en el minuto 28. Benzema notó molestias musculares y se produjo el cambio del francés por Hazard. Baja que dejó a su equipo mermado en ataque. Puesto que el francés es desde hace ya tiempo pieza fundamental en su equipo como delantero centro flotante y goleador.
El empate a cero con que acabó la primera parte, tal y como había transcurrido el juego, debió saberle a gloria a Carlo Ancelotti. En la segunta mitad mejoró el juego del Madrid y mucho más a partir del tanto obtenido por Vinicius en el minuto 56. Quizá en la primera o segunda intervención del joven brasileño. El pase de Valverde fue magnífico. El gol hizo mella en el conjunto escocés y pronto encajó el segundo. Su autor fue Modric: tras rematar una perfecta combinación entre Tchouameni y Hazard. El tercero lo marcó el belga.
La pregunta que se hace quien escribe es la siguiente: ¿responderá Eden Hazard jugando como delantero centro flotante durante el tiempo que tarde Karim Benzema en recuperarse de sus dolencias musculares? De no hacerlo, el Madrid tendrá problemas para ganar sus partidos. Por consiguiente, conviene saber si Rodrygo es capaz de dar la talla en esa demarcación con misiones concretas y adecuadas a sus posibilidades...
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