Paco Umbral visto en su momento por Salvador Pániker

Yo era lector asiduo de los artículos y columnas de Francisco Umbral. Así que cuando ya se han cumplido quince años de su fallecimiento tengo a bien recordarlo. Esta vez, por boca de ganso. Es decir, por cómo lo describió Salvador Pániker en Cuaderno Amarillo; diario del también fallecido escritor catalán. Reza así: "Cena con Paco Umbral y Miguel García-Posada, crítico literario de El Pais. García-Posada anda componiendo un libro con textos seleccionados de la obra de Paco, una especie de antología. Paco critica a Miguel Delibes por el modo como se ha trabajado el Premio Cervantes. Intrigas de la Corte, cotilleos del gremio. Paco sigue igual de apasionado, subjetivo y unilateral".

Salvador Pániker reconoce que Paco y él se aprecian muchísimo; y que existe entre ellos, siendo tan distintos -¿o no tan distintos?- una secreta afinidad, una común sensibilidad hacia lo extraño. Ambos somos, básicamente, escritores de diarios, quiero decir, aspirantes a trabajar con el tiempo actualísimo de cada instante. Paco se abandona a su nihilismo lírico, uno está abocado a la filosofía. Él maneja el castellano como le da la gana, con poderío y libertad; uno se abre camino a trancas y barrancas. Pero, ya digo, nos une un apetito común, una exasperada voluntad de recoger la vida en el preciso instante en que la vida brota, la memoria simúltanea, el maquillaje mínimo, la aniquilación del tiempo. 

Salvador Pániker tiene descrito a Paco como hombre alto, tímido y miope con un cierto aspecto chino a lo Kung-fu, con una cierta impasibilidad oriental, como un monje budista en versión dandi, y el caso es que el tiempo no ha hecho sino acentuar algunos de estos rasgos. De éstos y de otros. Con los años, me decía una vez Camilo José Cela, todos acabamos siendo las caricaturas de nosotros mismos. Hoy Paco Umbral va siempre caracterizado de Paco Umbral, hinchado el careto de poeta romántico, con un maquillaje de cabreo y lejanía. JX tiene un aparte con él, y luego me lo cuenta.

-Dice Paco que a ti te ha conocido muchas novias.

-Y yo a él, y hasta es fama que a veces no las hemos intercambiados, las novias, o quizá fuera a la inversa, no vaya esto a sonar machista.

-¿Y es verdad?

-Yo qué sé.