Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 20 de julio de 2022

Raphinha: Tonto con balcón a la calle

Mi amigo Oliver, nacido en Palma de Mallorca, se bebe los vientos por el equipo bermellón; lo cual no es óbice para que las victorias del Fútbol Club Barcelona le alegren las pajarillas. La temporada pasada sufrió de lo lindo con las actuaciones de ambos equipos. En abril, cuando el club azulgrana iba a la deriva, me llamó para recabar mi opinión acerca del mal momento que atravesaba el equipo culé y le dije, más o menos, lo siguiente: Creo que Xavi Hernández tiene extremos excelentes que le permitirán jugar bajo el sistema 1-4-3-3. Si bien es cierto que carece de un delantero centro que culmine las jugadas.

El equipo mejoró actuaciones con el cambio de técnico. Aunque siguió acusando su falta de remate. Puesto que Memphis Depay no aportó lo que de él se esperaba. Tampoco jugar con delantero centro falso le dio resultado. Dado que el Barcelona fue eliminado en la Supercopa de España y en los Octavos de Final de la Copa del Rey. Y, por si fuera poco, también pegó el petardo en Cuartos de Final de la Europa League. En rigor: un desastre deportivo que dejó secuelas en un club tan grande. 

Cierto es que tamaño desbarajuste propició que los técnicos blaugrana recurriesen a jóvenes como Gavi, Pedri, Riqui Puig, Ansu-Fati, etcétera. Lo cual unido a la adaptación de Ferran Torres y a la evolución positiva de Dembelé, amén del fichaje de Abumeyang, dejaron entrever que el Barcelona recuperaría más pronto que tarde esa categoría de club grande que siempre lo ha distinguido. Pero estaba obligado a contratar los servicios de un delantero goleador. 

Un consumado maestro en el área. Un tipo con un historial que inquietara a sus marcadores antes incluso de empezar a rodar el balón. Y a fe que acertaron con Lewandowski. Sin embargo, han contratado los servicios de un tal Raphinha, brasileño él, que ya ha escupido por el colmillo. Me explico: el delantero, tras ganarle a un equipo de poca monta, ha sacado pecho: "Somos mejores que el Madrid". Tal vez porque alguien, aprovechándose de su ingenuidad, le aseguró que con esa afirmación se convertiría en el ídolo de los aficionados culés. Raphinha es un gran jugador, no tengo la menor duda; pero eso no es óbice para que pueda ser adjetivado de tonto con balcón a la calle.






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