Ancelotti tiene buen bajío

Carlo Ancelotti ha disfrutado de lo lindo durante la celebración del título 35 de su equipo. Lo ha manifestado él y lo han corroborado las imágenes que hemos visto al respecto. Lo cual no habrá sido óbice para que, en algún que otro momento del agasajo, rondara por su cabeza cómo afrontar el partido contra el Manchester City. Dado que los entrenadores, tanto si ganan como si pierden, ya están pensando en el siguiente compromiso. Mientras que los jugadores se entregan al disfrute sin solución de continuidad. 

Ser entrenador es una tarea muy difícil. Serlo del Madrid es aceptar que las victorias son costumbres y las derrotas crean situaciones desagradables. El técnico italiano está viviendo, según ha declarado, uno de los mejores momentos de su vida desde que Florentino Pérez lo llamó para ofrecerle el cargo. Convencido de que le había tocado el premio gordo de su vida deportiva, siendo ya sexagenario y etiquetado de antigualla en la profesión.  

Ancelotti es un tipo que tiene buen bajío. Es decir, que goza de esa buena suerte que se necesita para obtener logros. Y sobre todo deja entrever, cada vez que habla de cuestiones relacionadas con su cargo, 'cierta gracia seria, en reposo, disfrazada con cierto toque de cinismo, un mucho de ironía, y cierta carga intelectual'. En tierras gaditanas, se le llama guasa a esa forma de proceder. Fino, agudo, casi descarado, tengo la impresión de que el entrenador italiano es capaz de reírse de su propia sombra. Y además el éxito le ha sonreído en esta su segunda etapa en el Madrid.

Ya escribió Albert Camus que lo más difícil del éxito no es conseguirlo sino merecerlo. Y el entrenador del Madrid ha tenido un comportamiento ejemplar tanto en las victorias como en las derrotas. Ahora bien, el haber sido Campeón de Liga es ya agua pasada. Dado que el miércoles el equipo blanco tiene una cita con el Manchester City en el Bernabéu. Y de ella saldrá el finalista de la UEFA Champions League. Y Ancelotti es consciente de que la eliminación de su equipo acallaría la euforia que reina desde que acabó el partido frente al RCD Español.