Apuntes sobre el sistema de juego del Madrid

A veces me pregunto por qué tratan los periodistas con tanta indulgencia a algunos jugadores de escaso rendimiento mientras que a otros les exigen lo indecible y no les perdonan el menor fallo. También me inquiero por qué no se percatan en su momento de que un futbolista da muestras visibles de estar sumido en una crisis que lo convierte en un cero a la izquierda en la alineación. ¿Acaso no son especialistas del deporte rey? 

A propósito: Casemiro lleva meses sin estar en condiciones de ser el mediocentro del Real Madrid. Pues bien un periodista se expresó así anteanteayer: "Casemiro no está en su mejor momento pero debe ser titular". Semejante opinión no es respetable. Porque antepone su capricho a los intereses del club y, por si fuera poco, desprecia a jugadores que están capacitados para sustituir al internacional brasileño. A quienes, sin duda alguna, no les reconocerá los méritos que atesoran. 

Quien escribe lleva ya mucho tiempo aireando la baja forma del futbolista en cuestión. La cual le impide cumplir con sus obligaciones en una posición que es de vital importancia para su equipo. Carece de la movilidad suficiente para llegar a tiempo a las basculaciones y también a las anticipaciones. Se muestra impreciso en los pases. Carece de habilidad para salir airoso cuando conduce el balón. Y, por si fuera poco, permite que su oponente en esa zona vital del campo actúe a su libre albedrío. Por ejemplo: así lo hizo Fran Beltrán en el partido frente al Celta de Vigo. 

Cierto es que el centro del campo del Madrid padece mucho con el sistema-4-3-3. Sobre todo cuando los rivales acumulan más hombres en esa zona donde se cuecen las victorias y las derrotas. Y mucho más cuando los extremos blancos no defienden como les corresponde por su posición. Lo que sucede a cada paso con Vinicius y Marco Asensio. En ocasiones, bien haría Carlo Ancelotti en jugar bajo el dibujo 4-4-2. Con sus lógicas variantes.