Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 16 de marzo de 2022

Opiniones futbolísticas

Fue en enero cuando escribí acerca de que no me gustan las críticas acerbas a los árbitros en Real Madrid Televisión. Las cuales continúan sin solución de continuidad. Sánchez Martínez, tal vez porque es el que más veces ha sido designado para dirigir encuentros del equipo blanco, es quien más fobia despierta entre quienes opinan en la ya reseñada televisión. Así que rompí lanzas por él. Defensa que considero inmerecida tras la pésima actuación del colegiado lorquino en el Estadio de Son Moix (Palma de Mallorca). 

El árbitro murciano permitió que Rodrygo y Vinicius fueran perseguidos con saña por sus marcadores. Las entradas que recibieron ambos fueron alevosas. Quizá porque los futbolistas bermellones confiaban ciegamente en que no serían castigados por semejante violencia. No creo que nadie desee partirle una pierna a nadie. Pero tampoco es menos cierto que la dureza empleada contra los jóvenes brasileños pudo acabar en tragedia. Me imagino que el jefe de los árbitros le habrá  recomendado a Sánchez Martínez que revise las jugadas con tranquilidad y, a renglón seguido, lo meta en esa nevera que hay destinada para los colegiados que admiten tamaña violencia. 

El fútbol Club Barcelona, hasta hace nada, era un equipo ramplón que fallaba tanto en defensa como en ataque. Un conjunto que, aunque venido a menos, seguía aferrado a esa idea de que la posesión de la pelota por sistema era el único remedio para sus males. Y, claro es, no levantaba cabeza. Sobre todo porque esa forma de proceder no beneficiaba en absoluto a varios de sus futbolistas. Me explico: Xavi dirige una plantilla sobrada de extremos y todos destacan sobremanera en esa posición tan  necesitada de jugadores capaces de actuar orillados a las bandas y teniendo en la velocidad sus mejores armas.

Ferran Torres, Aumabeyang, Dembelé, Adama Traoré, y el lesionado Ansu Fati son extremos especialistas en esa demarcación y también capaces de ocupar el centro del ataque en momentos oportunos. Dembelé, por ejemplo, puesto en la picota durante mucho tiempo, está redivivo. Es un galgo por su banda y sus regates en carrera generan problemas a cualquier sistema defensivo. El 4-3-3 del Barcelona está diseñado para obtener rendimiento por los costados a fin de que sus rivales dejen espacios libres por el centro. 

Espacios que son aprovechados por quienes hagan de delanteros falsos...  Aunque Pedri y Gavi también usan esas rendijas para llegar desde atrás con oportunidad de gol. Pero la desidia de los extremos cuando les toca correr hacia atrás genera debilidad en el centro del campo. Y es entonces cuando la fragilidad defensiva de Busquets se agranda hasta el punto de que los centrales azulgrana acaban perdiendo el oremus. Ah, los pasillos que generan los desmarques de los extremos son ocupados por Alves y Alba.











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