En marzo, el diablo corre por todas partes

Todos ustedes conocen el significado de los 'idus de marzo'. El refrán dice que en marzo, corre el diablo por todas partes. De ahí que la superstición popular cree que los estragos más importantes causados por las brujas y los brujos, que también los hay, tienen lugar en marzo o en la noche de San Silvestre. Es también la época del año en que el diablo ronda más por la tierra y se hace más temible. He aquí otro dicho agudo y sentencioso: "No hay marzo que no marcee, ni loco que no loquee". 

De la inseguridad característica de marzo ha llegado a crearse el verbo marcear, que se emplea pàra indicar variabilidad. Tiempo cambiante que suele influir negativamente en el proceder de muchas personas. Verbigracia: aún se habla de cómo Carlo Ancelotti, en un ataque de incordura, trastóco todas las líneas de su equipo y le sirvió en bandeja la victoria al Fútbol Club Barcelona. Algo inaudito en quien, por ser italiano, estaba obligado a conocer el por qué se le achaca mal fario al mes de marras.

Pedro Sánchez tampoco eligió el mejor tiempo para visitar las ciudades de Ceuta y Melilla. Y sobre todo para hacer promesas que no han sido reconocidas por una de las partes. El presidente del Gobierno, todo hay que decirlo, ha sabido ganarse la voluntad de nuestro alcalde. Y éste da pruebas evidentes de estar colgado de la boca del hombre que reside en el Palacio de la Moncloa. Hasta el punto de que hay socialistas que lo consideran más afín a su partido que al PP. 

De ahí que los dirigentes de VOX en Ceuta acudan a las sesiones plenarias predispuestos a zurrarle la badana a nuestro alcalde. Tachándolo de todo lo habido y por haber. Mientras que el monterilla, metido en la barrera de su cargo, soporta los denuestos temblequeando y reclamando orden a gritos pelados sin que nadie se apiade de él. No creo, y lo digo de buena fe, que su sueldo, aunque sea el mejor de la política española, sea motivo suficiente para soportar semejante tratamiento.