Un penalti innecesario de Carvajal a Isak lo convirtió en gol Oyarzabal. Hasta ese momento había dominado el equipo donostiarra. Corría el minuto nueve y la superioridad de los guipuzcoanos parecía que iba a ser la tónica de la primera parte. Pero el tanto en contra espoleó al Madrid. Un Madrid que corría y movía el balón con precisión y velocidad. Mientras que la Real Sociedad se defendía con nueve jugadores en la frontal del área y esperaba a que Isak, unos metros adelantados, saliera al contraataque. Pero la presión del equipo blanco fue tan avasalladora como para minimizar todo lo que intentaba hacer el equipo dirigido por Imanol Alguacil.
Para derribar la muralla defensiva de la Real hacía falta disparar desde la media distancia. Y Camavinga lo hizo y logró el empate (39'). Golazo: por más que siempre habrá quien diga que la pelota fue desviada por un defensor, que así fue, a fin de quitarle mérito al internacional francés. Pero lo que no podrán negarle al joven jugador es su agilidad, su velocidad, su derroche de energía y, por qué no, su calidad cuando tiene el balón. Y, por si fuera poco, a sus 18 años no le impresiona jugar en el Bernabéu. Lo cual no está al alcance de muchos futbolistas.
Luka Modric marcó el segundo tanto. También tirando a gol desde la frontal del área. Que es lo que se aconseja cuando hay un equipo replegado y con todos sus jugadores muy cerca de su portero. Qué podemos decir del jugador croata que no se haya dicho ya... Pues que tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un futbolista de su categoría. Sería absurdo no reconocer que el Madrid hizo media hora de fútbol primorosa. Y sobre todo impidió que sus adversarios ni siquiera pusieran a prueba a Courtois. Debido al buen momento que atraviesan sus centrales.
La segunda mitad fue igual o mejor que la primera. Los goles de Benzema de penalti (74') y Marco Asensio (78'), nada más tocar el primer balón, fueron las rúbricas al buen juego blanco. Debo decir que Casemiro mejoró actuaciones pasadas. Que Rodrygo se dejó ver más y mejor. Eso sí, miedo me da el momento que atraviesa Carvajal. Máxime cuando por su banda se moverá, el próximo martes, Mbappé. Casi nada...
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