Benzema y el 4-3-3

Cuando Cristiano Ronaldo fichó por el Juventus parecía que el Madrid con Benzema no daría la talla necesaria para competir como lo había hecho hasta ese momento. No cabe la menor duda de que al jugador franco-argelino no se le valoraban sus extraordinarias cualidades por haber estado viviendo a la sombra de la estrella portuguesa. Incluso el club contrató a varios delanteros a fin de curarse en salud. Pero ocurrió todo lo contrario; es decir, que el internacional francés brilló aún más. Si bien es cierto que su extraordinario juego careció de goles suficientes durante un corto espacio de tiempo. El cual les pareció una eternidad a los aficionados merengues.

Quien escribe formó parte de quienes opinaban que era necesario que el Madrid jugara con Benzema y otro delantero centro. Bajo el sistema 4-4-2. Y la prueba se hizo... Los resultados nos permitieron ver la categoría del jugador como mediapunta. Pero el dibujo, unas veces por hache y otras por be, no convencía. Así que hubo un técnico que decidió usar el 4-3-3. Y acertó plenamente. Hasta el punto de que KB superó actuaciones que ya eran espléndidas. Las cuales se siguen produciendo sin solución de continuidad. A  pesar de que a sus años hay futbolistas que caminan ya por la ladera conducente a la retirada.

Da gusto ver al delantero del Madrid cumpliendo con todas las exigencias que demanda el sistema de juego reseñado. Ayuda al centro del campo cuando la situación lo requiere. Suele buscar las debilidades del central menos curtido. Se entiende a la perfeccción con sus extremos y asimismo con los laterales. Sabedor de que sin la compenetración con ellos se vería aislado en ataque. Crea espacios libres a cada paso para que los extremos y los interiores los ocupen. No renuncia nunca al disparo desde la media distancia ante defensas cerrradas. Y además invita con sus desmarques a que le envíen balones en profundidad. Y, por su fuera poco, sus remates con la cabeza son muy certeros. Ah, y qué decir de la presión que ejerce sobre los porteros...