Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 9 de febrero de 2022

Si no existiera el fútbol habría que inventarlo

En 1903 se celebró ya la I Copa de España de Fútbol que gano el Athletic de Bilbao. Pero el fútbol se popularizó sobre todo a raíz del éxito español en los Juegos Olímpicos de 1920 en los que nuestra selección quedó en segunda posición. Ya se habían construido grandes estadios con césped: San Mamés,1913; Las Corts, 1922; Chamartín, 1924. 

Antes se jugaba casi en descampados. Jugadores y entrenadores profesionales reemplazaron a los futbolistas amateurs (estudiantes de ingeniería y arquitectura, abogados, médicos...) que hasta entonces habían figurado de forma dominante en los equipos. Fichajes carísimos como los de José María Peña (1926) y Ricardo Zamora (1929) por el Real Madrid marcaron el cambio. En 1928 se organizó ya el primer Campeonato de Liga, con diez equipos profesionales, que ganó el Barcelona.

El deporte, y especialmente el fútbol, suscitaba fuertes lealtades emocionales y excitaba de alguna forma el populismo españolista; por lo menos, las victorias internacionales de los deportistas y equipos españoles empezaban a vivirse como grandes triunfos nacionales de España. Como sucedió en 1920 con el éxito olímpico, ya comentado, del equipo de fútbol, atribuido a la "furia española". 

Cine y deporte eran las formas de entretenimiento colectivos que sin duda mejor se acomodaban con el tipo de patriotismo fácil y popular cultivado por la dictadura de Primero de Rivera; un régimen benevolente y paternalista al que, coincidiendo con unos años de prosperidad, se acomodó con suma facilidad la sociedad española. Fue entonces cuando Unamuno aireó que el auge del deporte era una estupidización colectiva e individual. Es más, escribió lo siguiente en La Nación de Buenos Aires el 23 de marzo de 1924.

-El "aficionado" futbolístico, que no da patadas al pelotón, pero acaba por convertir en un pelotón su cabeza a fuerza de discutir jugadas y jugadores. Y el daño mayor -añadía- que está haciendo el fútbol entre los chicos no es en el cuerpo, sino en la inteligencia. 

En cambio, algunos intelectuales y escritores jóvenes (como Alberti o Gerardo Diego o, algo después, Gabriel Celaya, que escribieron poemas de temas deportivos, como la "Oda a Platko" que Alberti escribió en 1928) vieron en el deporte, como en el cine, un factor de dinamismo y modernidad. Como asimismo en los automóviles, el jazz y el cubismo. La Residencia de Estudiantes organizó en 1925 un primer Concurso Atlético. En rigor, qué razón tenía quien dijo que si no existiera el fútbol habría que inventarlo



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