Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 28 de febrero de 2022

El derbi andaluz por excelencia

Sevilla-Betis y viceversa son derbis donde reina la pasión antes de que el balón empiece a rodar y en el que tanto la euforia por la victoria como el disgusto de la derrota se palpa entre los seguidores de ambos clubes durante no pocos días. La capital de Andalucía es muy dada a las divisiones tanto en el fútbol como en los toros y asimismo en cuanto concierne a las Hermandades o Cofradías. Se es blanco o verdiblanco en la misma medida que se es de Curro Romero o de Morante de la Puebla, de la Virgen Macarena o de Jesús del Gran Poder. La dicotomía de Sevilla se produce en todo cuanto concierne a la vida pública. 

Ayer, tras acabar el partido en el Pizjuán, le preguntaron a Rakitic cómo iba a ser la noche. Y dijo que muy larga... Que habría celebración por todo lo alto. Es decir, que festejarían la victoria de su equipo ruidosamente en el lugar adecuado. Mientras que los futbolistas del Betis no saldrían de sus casas. Sabedores de que hacerlo sería exponerse a tener que soportar la guasa ajena y tal vez la ira de sus aficionados. ¡Ay de los perdedores!... 

El disfrute de los triunfos es necesario. Aunque sea a costa de pasar una noche toledana. Pues a ciertas edades la recuperación es muy rápida. Ahora bien, quienes celebran los éxitos no deben bajar la cerviz cuando "pintan bastos". Verbigracia: yo he conocido a profesionales que, después de los partidos, gustaban de ir a locales nocturnos para relajarse. Y lo hacían tanto si ganaban, empataban o perdían. Importándoles un bledo o parte del otro que hubiera algunas personas que los mirasen torcidamente. Pues esconderse en las derrotas es sinónimo de estar cortito de valor. De la misma manera que no cabe la arrogancia en las victorias.

Las personas públicas, ya sean artistas, deportistas, políticos..., no deben amilanarse cuando el éxito se les escapa de la mano; ni mucho menos hacer un drama por lo no conseguido, siempre y cuando hayan puesto todo su empeño en la labor que les tocaba desarrollar. A propósito, del derbi sevillano me gustó el equipo dirigido por Julen Lopetegui. El cual hizo una primera parte extraordinaria. Principiada por un pase perfecto de Corona, más conocido por el apodo de Tocatito, que propició un penalti a En-Nesyri. Rakitic convirtió en gol la pena máxima. 














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