Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 23 de febrero de 2022

Anécdota del año 2006

Año 2006. Mes de abril. Fernando Gago García -que hace tiempo se fue a ese lugar del cual nunca se vuelve- era alcalde de El Puerto de Santa María. Fernando y yo fuimos alumnos de 'El Colegio de la Pescadería'. De su forma de ser hablé en su día. Como alcalde, y tras arribar a Ceuta en marzo de 2007, invitado por Juan Vivas, le expresó a éste lo mucho que le agradaría compartir con él dos o tres días de la Feria de Primavera y Fiesta del Vino. Vivas aceptó la invitación y a mí me tocó servir de cicerone a la comitiva caballa que viajó a mi pueblo. 

Recorrimos el recinto ferial y luego asistimos a las palabras pronunciadas por el alcalde portuense para que principiaran las fiestas. Todo transcurrió bajo el derroche de alegría que había ya en todas las casetas. Sonaban las sevillanas y los brindis por el acontecimiento sonaban a gloria bendita. Corría el vino y la alegría y hasta los más inhibidos charlaban hasta por los codos. Debido a los compromisos del alcalde de mi pueblo, recuerdo que éste me pidió que hiciera de cicerone de Juan Vivas y sus acompañantes. Lo cual hice con sumo gusto.

Por la tarde, antes de asistir a la corrida de toros, que era presidida por Fernando Gago, éste aprovechó el momento oportuno para preguntarme sobre el alcalde de Ceuta. Y le dije lo siguiente: "Juan Vivas es uno de los mayores valores que tiene el Partido Popular, sin duda alguna. Es más, si acaso le diera por aspirar a la presidencia de su partido a escala nacional, seguramente lo lograría". Los ojos de Fernando me miraron atiborrados de ironía. En sus mejillas aparecieron las consabidas marcas de burla fina que jamás pudo evitar. 

Uno de los concejales de más confianza del alcalde portuense, aprovechando que estábamos solos, se expresó de esta guisa: "Verás, Manolo, me consta que el alcalde de Ceuta gana en las urnas por goleada... Debido a que ha hecho de la humildad su banderín de enganche. Pero para ser presidente del Gobierno de España es necesario ser tan guapo o más que Adolfo Suárez o Felipe González. O bien tener, como mínimo, la estatura de José María Aznar -1,70- o su bigote. En fin, que no da la talla para tan grande empresa". 

Mi respuesta selló los labios del concejal porteño: "¿Me puedes decir si  don Manuel Azaña era alto, fornido y guapo?". Eran otros tiempos, qué duda cabe. Y quien escribe aún le daba más importancia a los apretones de manos que a la rúbrica correspondiente a lo acordado entre partes. Cosas de la vida... O mejor dicho, yo no me había enterado aún de que el mentiroso ha de practicar la mentira todos los días y fiestas de guardar.  





 





 

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