Juanma López

Como jugador era un extremo paciente; es decir, a veces parecía estar en Babia y, cuando menos lo esperaba su marcador, sacaba a relucir su velocidad y desequilibraba todo el entramado defensivo de sus rivales. Lo tuve enfrente cuando él estaba en el Jerez Deportivo y en la Agrupación Deportiva Ceuta, a mediados de los 'años setenta'. Siempre que su nombre sale a la palestra, en cualquier conversación futbolística, destaco la calidad que tuvo como futbolista. 

Juanma López, además de haber sobresalido en esa etapa como profesional del balompié, es un tipo educado, afable y comprometido con el deporte de su tierra. ¡Qué decir de su pasión por el Fútbol sala que no se sepa! Dado que yo llevo ya tres décadas residiendo en esta tierra, creo que estoy legitimado para decir que tengo en mucha estima la confianza que me dispensa. Acompañada de atenciones cuando coincidimos. 

Juanma López me ha entregado la Tercera parte de la Trilogía de los 15 años de la Historia de la Agrupación Deportiva Ceuta. La cual, como las dos primeras, guardaré como oro en paño. Pero mentiría si no dijera que ésta me ha emocionado en cuanto he visto las fotografías de Paco, Lope Acosta y Bea. Aquel equipo fue hecho a mi medida y dentro de las posibilidades económicas del club. El 4-4-2 era el sistema adecuado a los componentes de la plantilla. Pero pronto se vinieron abajo las ilusiones que todos habíamos depositado en la temporada 82-83.  

Ocurrió que Paco y Lope Acosta se lesionaron gravemente y estuvieron muchos meses sin jugar. Así que, de la noche a la mañana, nos vimos huérfanos del poderío atacante de ambos delanteros. Especialistas en el juego aéreo, veloces y temidos por sus marcadores. Lo más destacado de entonces fue el liderazgo  ejercido por Bea -desde su posición como central- para darle vida a un estilo de juego totalmente opuesto al que habíamos empezado la competición, convencidos de que el ascenso era más que posible. Máxime cuando el presidente del club, Arjandas Bhagwandas Lalwanda, cumplía fielmente con sus compromisos y jamás se metía en lo que no le concernía.