El Campo Municipal de El Collao

En los años setenta y parte de los ochenta, ejerciendo yo de entrenador, me agradaba sobremanera visitar Alcoy y sobre todo vivir el ambiente futbolístico que se respiraba en El Collao. Era pisar el césped y acordarme inmediatamente de la historia de un club que llegó a jugar cuatro temporadas en Primera División y doce en Segunda; amén de haber participado en todas las categorías del fútbol nacional. Lo cual me servía para estimular a mis jugadores. Tampoco se me olvidaba decirles que ganarle al Alcoyano nunca era fácil, debido a que sus jugadores cumplían fielmente con el dicho de esa moral convertida en leyenda. Mentiría si no dijera que los resultados siempre me fueron favorables.  

En enero del año pasado, el Madrid fue eliminado de la Copa por el equipo alicantino. El cual luchó lo indecible para doblegar al conjunto blanco en la prórroga y con diez jugadores. Derrota que dejó tocado de un ala a Zinedine Zidane. Debido a que el técnico francés no cayó en la cuenta de que los partidos en El Collao duran una eternidad. Al Alcoyano le ha vuelto a tocar el premio Gordo con la visita de un Madrid que tiene como consigna ganar, ganar y ganar. Y a fe que la viene cumpliendo bajo la batuta de Carlo Ancelotti. Quien llega avisado a una cita en la que no cabe escudarse ni en las medidas del terreno de juego ni de un público tan cercano al césped.

También debería el entrenador del Madrid acertar en la alineación. Puesto que formar un equipo con la mayoría de los futbolistas que vienen jugando poco, o que no vienen jugando, puede ser "arma de dos filos".  Lo ideal sería competir con los titulares y resolver la eliminatoria cuanto antes. Y a partir de ahí obrar en consecuencia con las circunstancias acaecidas. En fin, que la Diosa Fortuna ha querido nuevamente ser generosa con el Alcoyano. Tal vez como premio a su historia. Aunque enfrente tendrá un equipo bien distinto al que salió de El Collao, hace un año, con el rabo entre las piernas. Y perdonen el vulgarismo.