Las normas de Xavi Hernández

Las normas establecidas por Xavi Hernández en el Barcelona se han divulgado como si fueran extraídas de un conjunto de medidas disciplinarias nunca antes aplicadas en un equipo de fútbol. Las he leído y releído y no dejan de ser las que se han utilizado desde hace muchos años en el fútbol profesional y no sólo en los equipos grandes. Salvo las de desayunar y comer en el lugar de trabajo por carecer los clubes menores de medios adecuados para desempeñar ese cometido. 

Cualquier profesional de este deporte sabía que la impuntualidad en las citas estaba castigada con una multa y que la reincidencia podía ser motivo para no jugar esa semana. Tampoco desconocían que no les era permitido llegar a casa, dos días antes de los partidos, más tarde de las doce de la noche. Yo recuerdo haber dejado en la grada, por ese motivo, al mejor futbolista de uno de los equipos entrenados por mí. 

Ocurrió en un encuentro, de gran trascendencia en la clasificación, frente al Levante UD. Aún me acuerdo de las muestras de desagrado que recibí por parte de los aficionados durante todo el partido. Desacuerdo que siguieron manifestando en los medios de comunicación ibicencos. A pesar de haber derrotado a un conjunto extraordinario y muy bien dirigido por Juncosa. Pero las normas disciplinarias estaban establecidas para que fueran cumplidas por todos los componentes de la plantilla. 

Durante todos los años que estuve ejerciendo como entrenador, que no fueron pocos, hube de tomar decisiones necesarias y desagradables para que los jugadores no hicieran de su capa un sayo. Manolo Ojeda, paisano y gran portero que sigue presente en la memoria de los aficionados murcianos, padeció mi forma de proceder cuando alguien se salía del tiesto. 

Eso sí, en cuanto me percaté de que era yo el que por desgana podía saltarme las normas a la torera, tardé nada y menos en dejar la profesión. Y lo hice cuando las ofertas de trabajo no me faltaban. Por consiguiente, puedo permitirme el lujo de decir que las normas aireadas por Xavi Hernández son tan añejas como válidas. Pero han de aplicarse sin distinciones. Que es ahí donde está el quid de la cuestión. Aunque el entrenador del Barça no tiene ya en su equipo a nadie con galones de intocable.  

 

 

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