Hernández y Gutiérrez

Manuel Hernández es ya exsecretario general de los socialistas de Ceuta. Cuando lo conocí me pareció que era un señor muy estirado. Y lamento no haber tenido la oportunidad de cambiar de opinión. En varias ocasiones, a través de la televisión, escuché atentamente sus intervenciones en los plenos. Bien pronto comprendí que estaba ante un orador dequeísta. Es decir, practicante del dequeísmo. Y por tanto hacía un uso incorrecto de la preposición "de" ante oraciones introducidas por la conjunción "que"; por ejemplo, en la frase "pienso de que usted no tiene razón". O esta otra: "Le dije de que no estaba de acuerdo con usted". 

Y así iban retumbando en mis oídos frases que sonaban mal; tan mal como para hacerme la siguiente pregunta: ¿cómo es posible que un señor con estudios superiores y que ocupa un cargo destacado en la política, se exprese con tamaña vulgaridad. Y, claro, la respuesta me llegó con celeridad: "La vulgaridad procede de un errado afán de distinción; se cultiva, en general, por indoctos de corbata, y se orienta a producir apariencias de cultura, modernidad o desenfado. Pretende efectos de distancia o apartamiento de lo común: quien hablando o escribiendo, emplea vulgaridades (y usa a nivel de, en base a, de cara a, por ejemplo, a tontas e idiotas), cree que así queda muy bien y que exhibe una destreza expresiva a la altura de los tiempos".

El sustituto de Manuel Hernández es un sindicalista: Juan Gutiérrez. Recientemente nombrado secretario general del PSOE de Ceuta. Con quien jamás he cruzado palabra alguna. Ahora bien, hasta ahora he seguido con interés sus intervenciones en las sesiones plenarias. Y debo decir que debate con entusiasmo y ardor contagiosos. Pero, dichoso pero español, la pasión lo ciega y el dequeísmo aprovecha su momento para quitarle importancia a cuanto el señor Gutiérrez le reprocha al presidente del Gobierno de Ceuta. Y éste no deja de sonreír por lo bajini. Y hasta es posible que diga entre conocidos que el dequeísmo de sus oponentes le beneficia muchísimo.

El secretario general de los socialistas de Ceuta, señor Gutiérrez, en su discurso de presentación, ha prometido que su partido será un muro ante los discursos de odio, asimismo frente a la intolerancia, y además un adalid de la convivencia y la interculturalidad. Pues bien, tras darle la enhorabuena por su liderazgo en el partido, creo conveniente recomendarle un libro: La fuerza de los pocos. Donde podrá empaparse de las dificultades que entrañan llevar a cabo sus promesas. Muchas más, claro que sí, que desterrar el dequeísmo en sus discursos.