España desarboló a Italia

El triunfo de España, merecido a todas luces, fue debido a que jugó una primera parte sensacional ante una Italia cuyo seleccionador sigue sin remediar el problema que su equipo tiene cuando los centrales, Bonucci y Bastioni, se quedan sin referencias de marcaje. Pues ambos sufren de lo lindo cuando se les juega con delanteros falsos o flotantes. Que para el caso es lo mismo. Cierto es que no todas las selecciones cuentan con Oyarzabal y Ferran Torres. Futbolistas capaces de sacar de quicio a jugadores que no se atreven a perseguirles cuando salen de su zona para enlazar con los centrocampistas.

Nuestros jugadores se hicieron muy pronto dueños del balón y buscaron con ahínco la portería de Donnaruma. Quien, por cierto, con sus saques en corto, tratando de que sus compañeros salieran jugando la pelota desde atrás, facilitaba aún más el dominio de una España que dominaba el centro del campo. El desbarajuste de la Azzurra lo aprovechó La Roja para marcar dos goles por medio de Ferran Torres a pases de Oyarzabal. En los minutos 16 y 44. Y, por si fuera poco, los italianos se quedaron con diez por expulsión de Bonucci cuando se acababa la primera parte.  

A partir de ahí fue un querer y no poder de los hombres dirigidos por Roberto Mancini. Quien no supo, una vez más, reaccionar ante el sistema empleado por Luis Enrique. Recuerdo un partido en el cual España goleó a Italia empleando el mismo ardid. Cito de memoria: creo que fue en Sevilla y Morata se aprovechó de las facilidades que le dieron los ya citados zagueros italianos. En la segunda parte, España fue a menos y sus adversarios, con más corazón que juego, nivelaron la contienda. Hasta el punto de que Insigne falló una clara ocasión de gol y además Pellegrini redujo distancias en el minuto 82. Insisto: la selección Española fue mejor que la italiana. Cuyo planteamiento fue impropio de un combinado tan prestigioso.