Sevilla-Salzburgo
Yo no había visto nunca que hubiera cuatro penaltis en el primer tiempo de un partido. Tres fueron contra el Sevilla y uno a favor del equipo hispalense. Los austriacos fallaron dos y marcaron uno por medio de Sucic. Rakitic acertó desde los once metros. El Salzburgo fue infinitamente superior a su rival. Gracias a su labor de conjunto y sobre todo por el partido sobresaliente que hicieron Camara en el centro del campo y el delantero Adeyemi. Éste desequilibró el sistema ideado por Lopetegui y provocó el desastre en todas las líneas del equipo de Nervión.
En la segunda parte, a raíz de la expulsión de En-Nesyri, el Sevilla mejoró bastante. Debido a que con un jugador menos defendió mejor y trató de sorprender a sus adversarios mediante contraataques. A la par que evitaba los del Salzburgo. Me agradó sobremanera el equipo austriaco. Buscando siempre el camino más corto para llegar al marco defendido por Bono. El cual hizo varias paradas de mérito. Si bien lo más destacado del encuentro fue la actuación del ya reseñado Adeyemi. El empate puede considerarse justo.
Barcelona-Bayern de Múnich
El equipo alemán pasó por encima de un Barcelona que da grima verlo. Lo peor del asunto es que un equipo tan venido a menos debe tener recursos para que los rivales, aunque sean superiores, no se impongan con la facilidad que lo ha hecho el Bayern de Múnich. No me acuerdo ahora mismo del nombre del comentarista de televisión que le estaba dando la receta a Koeman para evitar el dominio aplastante del conjunto muniqués. Se expresaba de esta guisa: "Saca la defensa al centro del campo y dile a Ter Stegen que saque en largo para aprovechar las segundas jugadas". Pero que si quiere arroz, Catalina. Puesto que el entrenador holandés seguía mirando a las musarañas.
El problema del Barça es como la de esos ricos venidos a menos que continúan llevando el mismo ritmo de vida que cuando eran más ricos que Creso. Del Bayern cabe decir que Joshua Kimmich sigue impartiendo clase como mediocentro. Desde que comenzó el partido se hizo dueño de esa zona vital que es el centro del campo. Mientras que Busquets parecía perseguir sombras. Ganaron los muniqueses por tres goles. Müller marcó uno y Lewandowski obtuvo dos. El equipo azulgrana acabó el partido tocado de un ala.
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