Hace ya bastantes años me vi obligado a defenderme del ataque de unos individuos por decirles que dejaran en paz a una persona de piel negra que pedía limosnas en la calle. Salvé el pellejo porque mi condición física era excelente y, por qué no decirlo, debido a que los sujetos eran blanduchos. La mejor definición de racismo no consiste en creer que hay razas diferentes, sino en creer que la nuestra es superior y obrar en consecuencia. Lo cual se conoce como racismo científico.
La lucha contra los racistas ha surtido efecto. Pues quien se muestra como tal es consciente de que el castigo consiste en que lo pongan en la picota. Con lo que ello significa; máxime si además es alguien que destaca en cualquier faceta de la vida. Así que gracias al canguelo que les produce la pena establecida, los racistas se muerden los labios a cada paso y los no racistas temen gastar cualquier broma al respecto.
Uno, sin embargo, cree que no es justo motejar de racista a quien, en un momento determinado, en una conversación entre conocidos, comenta algo sobre la negrura de alguien. Me imagino que al revés, es decir, si un negro dice con humor cualquier cosa acerca de un blanco, lo único que conseguiría es que le rieran la gracia. Como debe ser.
Por consiguiente, no entiendo que a Lorena González, comentarista de fútbol en Estudio Estadio Televisión, se le esté sometiendo al terrible castigo de las redes sociales por haber dicho entre bastidores, pensando que los micrófonos estaban cerrados, lo siguiente de Eduardo Camavinga, reciente fichaje del Real Madrid.
-Éste es más negro que el traje que lleva.
Seguro que Eduardo Camavinga, cuando lo haya oído, le habrá dedicado su mejor sonrisa, que ya es decir, a la ya muy vituperada Lorena González. A propósito: Ojalá que el jugador francés -de origen congoleño- responda al interés que ha suscitado su contratación.
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