Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Escribir calmado y distanciado de los acontecimientos

Nueve de la mañana, cuando estoy a punto de salir a la calle para caminar, suena el teléfono; se trata de alguien a quien conozco desde hace la tira de tiempo y que además es lector de este blog. Y, tras los buenos días de rigor, me pregunta: "¿A qué se debe que ya no opines de los partidos del Madrid el mismo día en que éstos se juegan?". Y, claro es, me siento obligado a responderle con claridad meridiana.

-Verás, Pedro: Como tú bien sabes, yo soy madridista desde que vestía pantalones cortos... Lo cual  no obsta para que sea poco dado  a excederme en los ditirambos cuando el Madrid juega bien y, sin embargo, reconozco mi acritud cuando analizo sus desaciertos. Actitud que me desagrada y achacable a que recién terminado los encuentros uno carece de la condición ideal de reposo y calma para escribir acerca de su equipo. 

Sí, Pedro, aciertas cuando dices que lo que yo hago es poner tierra de por medio para ver las cosas más claras y por tanto ser más justo con mis pareceres. En fin, te explico: Ayer viví tan entusiasmado cual nervioso el partido Madrid-Barcelona correspondiente a la final de la Supercopa de España de Baloncesto. Tenía asumido que mi equipo era inferior al Barça, por razones más que conocidas, pero me senté ante el televisor con la esperanza de que no se cumpliera mi pronóstico. El cual era también el de casi todos los expertos en el deporte de la canasta.

El triunfo del equipo dirigido por Pablo Laso me causó alegría en la misma medida que me produjo cansancio por la tensión vivida durante el partido jugado en Tenerife. Y, cuando aún no me había recuperado de tanta excitación, resulta que el Celta de Vigo empieza jugando en el reformado Bernabéu con tanta autoridad como para marcar el primer tanto a los tres minutos y a punto estuvieron los gallegos de lograr el segundo en la siguiente jugada.

Menos mal que los fallos defensivos del Madrid fueron contrarrestados por la velocidad de Vinicius y los aciertos rematadores de Benzema. El brasileño me recordó, una vez más, a aquel Paco Gento, conocido como la Galerna del Cantábrico, a quien tanto trabajó le costó ganarse la voluntad de la afición merengue. Si bien, cuando la obtuvo, marcó una época gloriosa en su equipo. En lo tocante a la fragilidad defensiva del equipo dirigido por Carlo Ancelotti, habría que fijarse en el bajo rendimiento que viene ofreciendo Casemiro como escudo de la defensa. Del brasileño, dije ya en su día, que estaba incumpliendo su misión por un deseo evidente de distinguirse como atacante por sistema.

Ah, sería un error mayúsculo olvidarme de la actuación de Luka Modric cuando su equipo más lo necesitaba. ¡Y pensar que el fichaje del croata se debió a una recomendación de José Mourinho! En suma, que le he cogido gusto a escribir del Madrid cuando estoy calmado y distanciado de los acontecimientos 


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