Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 21 de septiembre de 2021

El Barcelona devalúa La Liga Santander

El Barça es un equipo grande de nuestro fútbol y por tanto con innumerables seguidores en el mundo. Y sobre todo en Europa. El tándem Madrid-Barcelona es de marca mayor y por tanto capaz de concitar ante la televisión a millones y millones de televidentes. De ahí que el cachet de ambos es de una distinción que no se puede imitar. Pero, desgraciadamente, el equipo azulgrana ha empezado a rodar por la ladera conducente a la sima desde el lugar de privilegio que ostentaba hasta hace nada. Y, de seguir así, verlo jugar carecerá de interés. Con lo que eso significa en el mercado. 

Sí, ya sé que todos los males que aquejan al equipo azulgrana son achacables a la falta de Messi. Es la perenne excusa de quienes no pensaron nunca en que la plantilla debía estar compuesta por futbolistas capaces de mantener al club en la cima del deporte rey, aun sin la estrella argentina. Ayer, frente al Granada, el conjunto culé causó grima con su juego. Al carecer de ideas no supo nunca lo que hacer ante un rival que marcó su gol en la primera jugada y luego se defendió en bloque con la primera línea muy cerca de la raya del área grande. 

El tanto marcado por Duarte, rematando de cabeza un centro de Machís, provocó que la confusión y el desorden reinaran en el sistema de juego ordenado por Ronald Koeman. Sin que el holandés hiciera nada para corregir lo que llevaba camino de convertirse en un auténtico desastre. No fue capaz de ordenarle a Busquets que ayudara a Dest en su marcaje a Machís. Tal vez, por lo visto, partido tras partido, porque el saballedense es alérgico a las coberturas y a todo lo que sean movimientos defensivos. 

Cierto es que la acumulación de jugadores del Granada a pocos metros de Luis Maximiano -guardameta- invitaba a que se buscaran soluciones por medio del juego aéreo. Y los centros desde los costados no tardaron en hacerse notar. Si bien es cierto que los rematadores carecían de tino y sobre todo de estatura para ganarles la partida a los fornidos defensores granadinos. Quien sí inquietaba, sobre todo en las jugadas a balón parado, era Araujo; excelente cabeceador. 

A medida que pasaba el tiempo, y con un Granada dedicado a defender a cal y canto su portería, Koeman decidió prescindir de Busquest; le dio entrada a Riqui Puig y colocó a Piqué de delantero centro. Y se intensificaron los balones a la olla. El gol del empate lo obtuvo Araujo cuando el partido estaba expirando. El Barça (creador del tiki-taka, el mejor invento del fútbol, según dicen los sabios de este deporte) acabó jugando como un equipo de pueblo. Así lo airea Jorge Valdano. 

Ah, los jóvenes del Barcelona -Balde, Pedri, Riqui Puig y Demir- no estuvieron ni siquiera entonados.  

 






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