Dicen que racismo es considerar a otro grupo étnico como inferior y rechazable. Ateniéndome a esa definición yo no he sido racista en mi vida. Y no creo que lo vaya a ser ya a mi edad. Por no discriminar a nadie, recuerdo lo que me ocurrió cuando los años ochenta estaban tocando a su fin. Lo cuento: era yo asesor deportivo en el Instituto Municipal de Deportes y director de una escuela de fútbol a la que debía dar forma. Ni que decir tiene que asumí mis cometidos con el entusiasmo que éstos requerían.
Lo primero que se hizo es anunciar en los medios de comunicación el lugar al que debían acudir los niños que quisieran inscribirse como alumnos de una escuela que estaba dando sus primeros pasos. Acudieron muchísimos Y a todos se les decía que en un momento determinado podrían elegir entre continuar su aprendizaje con el balón o bien hacerlo por el camino del arbitraje. Y además se les proporcionaba el equipamiento adecuado.
Llegó un momento en el cual fue imposible atender a tanta demanda. Pero se tenía la certeza de que ese problema tenía solución a corto plazo. Siempre y cuando hubiera deseos de afrontarlo con la contratación de dos o tres monitores. Máxime cuando los había dispuestos a participar por nada y menos. Mas un día me llamaron para decirme que el proyecto quedaba suspendido. Pregunté por la causa y obtuve la siguiente respuesta: "¿No te parece que hay muchos alumnos de religión musulmana y pocos de las otras?
Mi respuesta fue la siguiente: "En la escuela están los niños que han querido sus padres". Y me levanté de la mesa donde estaba quien así se había expresado. El cual tardó nada y menos en comunicarme que la escuela de fútbol era ya un proyecto fallido. Si bien yo seguiría cobrando por mi empleo en el Instituto Municipal de Deportes y asimismo por asesorar técnicamente sobre asuntos correspondientes al fútbol local. Bien pronto deseché la oferta.
Aquel personaje, como si fuera el Apóstol Santiago redivivo, cada vez que abre la boca es para decir que en Ceuta -la ciudad de las cuatro culturas- existe convivencia entre razas. Y lleva razón... Aunque ha tardado lo suyo en comprender que el hecho de conllevarnos tiene mucho mérito. Pero nunca es tarde si la dicha es buena...
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