Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 12 de agosto de 2021

Plantilla extraordinaria

Me pregunta un aficionado al fútbol, de cuando el Estadio Alfonso Murube se ponía a reventar, si me acuerdo de los mejores jugadores que he tenido durante mi carrera profesional como entrenador. Y le prometí formar una plantilla extraordinaria al respecto. He aquí sus nombres: todos ellos, sin duda alguna, serían actualmente mejor que entonces; dada la evolución que se produjo en el fútbol hace ya bastante tiempo. Espero que no se me olvide mencionar a ningún merecedor de figurar en esta lista.

Porteros: Ojeda, Alfonso y Cisneros. 

Defensas: Sevillano, Herrera, Puig, Mario, Arias, Baby, Bea, Nicolás, Corrales y Pedro Barrientos

Centrocampistas: Solano, Reales, Manolo Benítez, Suano, Poblete, Gallego y Bonet. 

Delanteros: Ricardo, Juan Ramón, Lope Acosta, Calzado, Ángel, Boni y Chicha. 

Desgraciadamente, Lope Acosta y Ángel ya se han ido a ese lugar del cual nunca se vuelve. Con esta plantilla triunfaría cualquier entrenador en los tiempos que corren. Y me explico: Los porteros entendían el juego y sabían sobradamente cuándo sacar en corto o en largo y por encima de todo a quienes debían pasarle la pelota al pie y a quienes al espacio libre. Y sobre todo no dudaban en cortar de raíz el acoso de los adversarios antes de que se produjera lo peor. 

Reales y Poblete eran auténticos escudos de la defensa. De modo que cumplían su función sin caer en la tentación de hacer lo que no les convenía. Arias era un portento como lateral: atacaba y defendía con una velocidad vertiginosa. Herrera y Nicolás, además de rápidos, eran marcadores excelentes y duros como el pedernal. Aunque sin estridencias. Puig, tan práctico como seguro, ponía orden desde su posición defensiva en todas las líneas. Y Pedro Barrientos, amén de ser un jugador polivalente, destacaba por su potencia. 

Mario, Baby, Corrales y Bea eran centrales de una pieza. Cumplían  a rajatabla las misiones concretas y sólo se salían de su cometido para aportar beneficios en otras acciones. Se mostraban insuperables en el juego aéreo. En cuanto a los centrocampistas, Solano estaba siempre atento a que el equipo no perdiera el oremus; amén de jugar en cualesquiera de las posiciones de la zona vital del terreno de juego. Gallego estaba capacitado para organizar y atacar desde el costado derecho. Bonet era listo y bueno técnicamente. Muy parecido a Manolo Benítez. Suano era un sub-20 que a veces se hacía dueño de esa parcela central donde se ganan y se pierden los partidos. Jugaba como si estuviera en el patio de su casa.

En cuanto a los delanteros, Juan Ramón, Ricardo y Lope Acosta eran altos y fuertes. A mí no me costó trabajo hacerles jugar bajo el sistema 4-4-2 y que les sentaba como un traje hecho a la medida. Además de marcar goles mantenían a raya a los zagueros.. Muy diferentes eran Ángel, Boni y Chicha. Los tres, además de magníficos dribladores, marcaban goles y daban pases precisos. Calzado destacaba como extremo porque basaba su juego en la velocidad y en el dominio del balón. Así que desbordaba a su oponente por fuera y por dentro. Sus centros eran magníficos y tenía un disparo potente y certero.   


 





 



 

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