Hace cinco años que escribo diariamente en este espacio. Empecé mi cometido a sabiendas de que afrontaba un reto difícil. No sólo porque opinar es tarea complicada, sino porque tampoco estaba acostumbrado a hacerlo sin remuneración. Y, desde luego, tenía mis dudas acerca de si el número de lectores sería suficiente para que mi ánimo no decayera en ningún momento. Y los clics confirmaron muy pronto que mis seguidores aumentaban con celeridad. A pesar de no estar anexionado a ningún periódico. Lo cual me permite ser censor de cuanto digo.
Recibí llamadas de lectores que querían dar respuestas a mis opiniones en el blog. Y les expliqué los motivos que tenía para no acceder a tal deseo. Renunciando, por tanto, a que las visitas aumentaran. El caso es que más que lectores he conseguido tener seguidores. Y mentiría si no dijera que el hecho me causa satisfacción. Dado que no es moco de pavo contar con cientos de ellos todos los días. Los cuales saben sobradamente que a las diez de cada noche, si el tiempo no lo impide, publico lo escrito ese día.
Escribir no es fácil. Aunque es más difícil, al menos para mí, elegir el tema. Máxime cuando lo hago todos los días y en bastantes ocasiones lo adapto a cualquier asunto concerniente a Ceuta: Ciudad merecedora de que los servicios de limpieza se esmeren más en el aseo de sus calles. En esta tierra es Juan Vivas quien corta el bacalao. Porque amén de ser nuestro alcalde desde hace tres décadas es, sin duda alguna, un esclarecido patriota que no dudaría en ofrendar su vida por Ceuta y por España. Actitud merecedora de hacerle un busto en vida para que presida el salón de plenos del Ayuntamiento.
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