Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 1 de agosto de 2021

Extracto de un discurso

Pegar la hebra traducido a palabras pobres significa entablar conversación. Miguel Delibes, autor del libro, habla en él de temas como la agresión permanente a la naturaleza, pero habla también de fútbol, gastronomía, censura, cine y novela. Ni que decir tiene que leer al siempre recordado  maestro vallisoletano es un placer. Y yo suelo leerlo mucho. Hoy me he detenido en la página 185. En la que viene el discurso que pronunció en el acto de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid el 28 de junio de 1989. Y he extraído lo siguiente.

"Periodismo y literatura han sido mi vida, dos actividades paralelas que se han enriquecido mutuamente. Primero, como parecía obligado, fue el periodismo. A lo largo de dos años trabajé en mi periódico provinciano antes de lanzarme a la literatura. En ese tiempo aprendí tres cosas fundamentales: a redactar, a valorar humanamente la noticia y a facilitar al lector el mayor caudal de información con el menor número de palabras posible. Pero esto, que es el abecé de la información, no presentaba ninguna rémora para la literatura, sino todo lo contrario, aunque hay quien se empecine en contraponer ambas actividades y quien no concede al periodismo otro valor que el de ser el desecho de la literatura". 

Yo entiendo más bien que la literatura -sigue diciendo Delibes- ornamental desapareció el día "que el arquitecto Perret reconoció que el adorno oculta siempre un error de construcción". Hoy en día se estima la sobriedad en literatura tanto como pueda hacerse en periodismo y aun se acepta que una y otro puedan ser actividades complementarias. Después de todo, ¿qué hace el periodista que redacta un suceso sino narrar? ¿Qué diferencia hay entre el diálogo de una entrevista y el que se entabla en una novela, aparte de la objetividad que debe presidir este último? ¿No traza esbozos descriptivos el periodista que ambienta un reportaje? 

Esto significa que considero el periodismo una escuela literaria hasta tal punto que es fácil advertir que aquel escritor que no ha pasado por esta escuela se acerca tímidamente a las columnas de los periódicos de vez en cuando para hacer ejercicio de dedos. Lo echa de menos.




 


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