Cada vez que me llama alguien para saber cómo respiro yo acerca de cualquier hecho relevante que se haya producido en el mundo del fútbol, lo escucho atentamente y hasta procuro no rebatirle su opinión aunque sea diametralmente opuesta a mi parecer. A veces me cuesta lo indecible asentir a cuanto me cuenta. Pero me muerdo la lengua a fin de que mi interlocutor no crea que mi deseo es corregirle la plana. Motivo sobrado para que su amor propio se vea afectado. Y que ese ataque de orgullo lo convierta en un enemigo para siempre.
Cuando le sigo la corriente a alguien durante cualquier conversación, para evitar problemas absurdos e innecesarios, luego me siento mal. Y tardo muy poco en decir para mí: la próxima vez iré a contracorriente; como esos peces de río que nadan así para tragarse el oxigeno de las aguas salvajes. Hoy, por ejemplo, hablando con un conocido desde hace la tira de tiempo -madridista él-, ha querido saber lo que yo pienso acerca de la carta con la que Zinedine Zidane se ha dirigido a Florentino Pérez para decirle, entre otras cosas, que se va debido a los muchos desacuerdos habidos entre ambos.
Entre las faltas de acuerdos divulgadas por Zidane -le digo- hay dos que no dejan en buen lugar al técnico. La primera es que el presidente no ha fichado a Paul Pogba. La segunda que no se haya renovado a Sergio Ramos. Ambas peticiones son descabelladas. En lo tocante al jugador del Manchester United es imposible pagar en estos momentos lo que pide el dueño del equipo inglés. Y en lo concerniente a Sergio Ramos se me antoja un capricho para contentar a un amigo del alma que está recorriendo aceleradamente los últimos metros hacia la sima y que no se corta lo más mínimo en valorarse como si fuera una estrella refulgente.
El presidente del Madrid reconoce, cada dos por tres, lo que significa Zidane para el Madrid. Y Zidane debe asumir que -desde que él llego a la 'Casa Blanca'- nada habría sido igual sin Florentino Pérez. Pero decidió sacar los pies del plato cuando peor lo estaba pasando el mejor presidente de la historia del club más laureado del mundo. Lo cual es un error inadmisible en alguien que siempre ha dado motivos suficientes para creer que se trataba de una persona comedida y por tanto poco propensa a insolentarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.