Españoles y croatas jugaron un partido que pasará a la historia futbolística como uno de los mejores en cuanto a juego, emoción y goles. Encuentro donde los errores de ambos equipos fueron compensados por un deseo evidente de sus jugadores para superar las pifias cometidas. La selección española principió dominando desde que el balón empezó a rodar. De ahí que Koke tuviera la primera oportunidad de gol. Corría el minuto diecinueve y surgió la jugada desgraciada: una cesión de Pedri a su portero acabó en gol en propia puerta, debido a que Unai Simón falló en el control del balón.
El tanto lo acusó España y dio alas a Croacia. Modric, a partir de ese momento, se hizo notar. El tanto del empate lo obtuvo Sarabia cuando la primera parte estaba dando las boqueadas. En el segundo tiempo llegaron los goles de Azpilicueta y Ferran Torres. Dos goles de diferencia que parecían suficientes para que se produjera la victoria de los hombres dirigidos por Luis Enrique. Pero los croatas, que nunca se rinden, empataron por medio de Orsic y Pasalic. Y forzaron una prórroga que se vaticinaba incierta.
La incertidumbre radicaba en que Busquets, en los momentos en que dominaba Croacia y Modric se erigía en el organizador de los suyos, no cumplía sus funciones defensivas. Y bien pudo costarle un disgusto a Luis Enrique por no prescindir de él en su momento. España aprovechó el cansancio de sus adversarios y por supuesto tener mejores jugadores en el banquillo para ganar el partido en la prórroga con tantos de Morata y Oyarzabal . Merecido triunfo de España: frente a rival dirigido muy bien por Luka Modric.
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