Militâo sigue en su línea ascendente

Osasuna es el clásico equipo norteño que es capaz de soportar el asedio de los grandes con sus armas y sin perder la compostura. Es un conjunto que trata de encubrir sus debilidades y explotar lo que mejor saben hacer. Y lo mejor es replegarse a su propio campo cuando no tienen el balón y colocando a su primera línea muy cerca de su portero. El cual está habituado a parar teniendo por delante a todos los suyos defendiendo muy juntos. Sergio Herrera suele sacar en largo una vez que sus compañeros inundan el campo contrario. A fin de quitarse el dominio de encima y a su vez pelear el balón en el área del rival. Tratan de aprovechar las segundas jugadas. Con ese estilo de juego han conseguido, una temporada más, eludir el descenso.

El Madrid hizo una primera parte aceptable. Aunque cometió el error de jugar al pie y con una lentitud que ayudaba a los navarros a organizar su sistema defensivo en cuanto perdían el balón. También brillaron los remates por su ausencia. Hubo uno de Hazard y dos balones aéreos que cazó Militâo. Los cuales pusieron a prueba al guardameta rojillo. Ante un conjunto tan defensivo y disciplinado en los marcajes, Benzema no se hallaba a gusto y mucho menos con el bajo rendimiento que ofrecían Vinicius y Marco Asensio. Courtois hubo de intervenir con celeridad para atrapar un balón envenenado que le cedió Militâo. Y pare usted de contar.

El primer gol del Madrid llegó tras rematar Militâo con la cabeza un balón procedente de un saque de esquina sacado por Isco. Quien había sustituido a Hazard poco antes. Corría el minuto setenta y cinco. El segundo, el gol de la tranquilidad, lo obtuvo Casemiro en el setenta y nueve. Los cambios de Zidane nos permitieron ver a Miguel Gutiérrez; lateral que juega como si llevara toda una vida en el primer equipo. Es el mismo caso de Blanco y de Arribas. Los tres llegan con el oficio aprendido y con unas ganas locas de hacerse notar. 

El futbolista más destacado del Madrid fue, sin duda alguna, Militâo. Poderoso como defensa e imperial en el juego por elevación en el área contraria. Su gol llegó cuando los nervios empezaban a cundir entre los jugadores blancos. Dado que las manecillas del reloj galopaban ya más que corrían. En fin, triunfo que le permite a los madridistas soñar con ganar La Liga. Y sobre todo resultó gratificante ver a tres canteranos jugar como si lo estuvieran haciendo con el Castilla. La parte menos buena es que Hazard sigue sin parecerse en nada a aquel que nos deleitaba en el Chelsea.