Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 21 de mayo de 2021

Cuando la inmigración nos sorprendió

 

El 11 de octubre de 1995 es una fecha que nunca se nos olvidará a quienes vivimos la rebelión de los inmigrantes que se habían refugiado en los bajos del Ángulo. Lo ocurrido entonces fue mucho más grave que la reciente invasión de los jóvenes procedentes de Marruecos. El deambular de los subsaharianos por las calles causaba asombro entre los ciudadanos y los comentarios eran muchos y nada halagüeños para quienes venían huyendo de la miseria y convencidos de que Ceuta era el sitio ideal para esperar la llegada del momento tan deseado: La entrada al Edén europeo. Craso error. Puesto que las autoridades carecían de medios para afrontar un reto que las sobrepasaba en todos los aspectos.  

A Basilio Fernández, entonces alcalde, y a María del Carmen Cerdeira, delegada del Gobierno socialista, se les vino el mundo encima. Se vieron desbordados por aquel fenómeno social y se levantaban cada día pensando en qué medio escrito, en qué medio hablado, o en qué televisión, los pondrían como chupa de dómine. Por no atender a una causa tan justa como eran las necesidades de los subsaharianos procedentes de países donde se morían de hambre o andaban matándose los unos a los otros. Ambos terminaron afectados por las críticas. 

Aunque tampoco es menos cierto que pecaron de dejadez en lo concerniente a la atención de las personas que buscaron cobijo en los bajos del Ángulo. Lo digo porque yo fui el primero y único que se atrevió a entrar en aquellas catacumbas en las que se hacinaban los inmigrantes. Eran galerías subterráneas donde la oscuridad, las aguas fecales y las ratas servían de habitáculo a unos seres que no necesitaban que les hablaran del infierno. Pues ya estaban viviendo en él. Como bien me dijo uno de ellos que chamullaba nuestra lengua y que me condujo por aquel dédalo inmundo

Pues bien, tras mi visita al averno escribí que lo que pasaba allí podría ser causa de una rebelión en cualquier momento. Pero mi advertencia sonó a exageración y a ganas de sobresalir en la tarea diaria de contar cosas. Los hechos ocurridos el 11 de octubre de 1995 me vinieron a dar la razón, desgraciadamente. Todavía recuerdo la batalla campal y el odio que se desató en las Murallas Reales con la rebelión de los inmigrantes. Lo sucedido fue espantoso...

En fin, la invasión o "el asalto" a Ceuta que se ha producido por parte de miles de jóvenes marroquíes, con ser una acción gravísima, no es comparable con la rebelión de aquellos inmigrantes. Donde si reinó el miedo en la ciudad. Miedo auténtico. No el fingido. Ah, lo que si convendría es pedirle explicaciones a un tío que decidió cortarse la coleta, hace nada, después de ejercer como cizañador entre España y Marruecos.  







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.