El seleccionador griego dejó a los centrales españoles sin nadie a quien marcar. Así que Eric García y Sergio Ramos jugaron sin ninguna referencia a la hora de defender. Pero ambos carecieron de ideas para ayudar a su equipo ante un rival con toda su tropa metida en campo propio y muy cerca de su portero. Ramos recurrió a su clásicos cambios de orientación hacia el lado de Ferrán y jamás trató de buscar otras soluciones con espacios suficientes para llevarlas a cabo. Eric García tampoco supo aprovechar la libertad que le concedieron y se quedó a verlas venir. De modo que nuestra selección estuvo toda la primera parte mal situada en el césped y Luis Enrique sin percatarse del asunto.
Cierto es que Llorente y Gayá formaban una línea de cinco con Canales, Rodri y Koke en el centro del campo. Mientras que Ferrán, Morata y Dani Olmo estaban en la primera línea de ataque. Es decir, que por delante del balón la selección contaba con muchos jugadores. Lo que les faltaba a todos ellos es recibir la pelota en las mejores condiciones y ello no sucedía porque los centrales eran incapaces de entender lo que exigía el muro defensivo del rival. En ocasiones, Canales se retrasaba para poner orden y enlazar con sus compañeros. Mas pronto se aburrió o lo aburrieron. Lo único destacable en ataque fue la pelota al poste enviada por Dani Olmo. Por cierto, lo único que hizo. Y sobre todo el golazo de Morata a pase de Koke.
Luis Enrique, todo hay que decirlo, anduvo dormido durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Tal vez porque pensó que el combinado griego era pan comido. Y que los goles, más pronto que tarde, caerían como lo hacen las brevas maduras de las higueras. Craso error. Puesto que los griegos empataron de penalti (56') y a partir de ahí concedieron escasas ocasiones para que nuestros jugadores batieran a un portero con un nombre que es difícil acordarse de él.
Íñígo Martínez, sustituto de Sergio Ramos, fue el autor de la pena máxima. Y, aunque los griegos dieron un paso al frente, tampoco tuvo que esforzarse mucho como defensor. Ni él ni Eric. O sea, que ambos no supieron jugar sin nadie a quien marcar de cerca. En general, el equipo español estuvo mal situado. Y lo pagó caro frente a un adversario muy inferior. El partido se animó un poco con la entrada de Bryan Gil. La pena es que sus centros no llegaron a Morata. El mejor de los nuestros.
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