Zidane debe tomar las de Villadiego

Debe hacerlo de forma discreta, sin hacer un drama de su renuncia al cargo y, por supuesto, llevándose un buen pellizco. Es conveniente que ZZ se dé el piro cuanto antes. A pesar de los títulos conseguidos. El Madrid necesita hacerse con los servicios de un técnico que llegue libre de ataduras con esos fútbolistas que forman el 'núcleo duro del vestuario'. Por más que el 'Gran Capitán', como comandante en jefe de esa tropa, no esté de acuerdo.

La última vez que Sergio Ramos puso el grito en el cielo fue cuando se rumoreó el posible fichaje de Conte como entrenador. Y lo hizo así: "El respeto se gana, no se impone, la gestión de vestuario es más importante que el conocimiento de un entrenador. Estamos a muerte con ZZ". Tales declaraciones, inadmisibles en cualquier futbolista, fueron aceptadas como algo natural incluso entre los periodistas deportivos más destacados. Semejante afirmación no dejó de ser un ataque en toda regla a la autoridad de los entrenadores. Y, por supuesto, una demostración palpable de quién manda en el equipo.

El Madrid, desde hace ya tiempo y a pesar del último título de Liga, carece de un sistema de juego que le permita afrontar las dificultades que le oponen los equipos inferiores. En el equipo merengue  todo se confía a la improvisación. Craso error. Dado que carece de ese jugador capaz de cambiar el sino de los partidos con dos o tres intervenciones. No hace falta mencionar a quienes fueron en su día claves en ese menester. El equipo blanco tampoco funciona como bloque. Y mucho menos cuando a Zidane se le ocurre alinear a Marcelo e Isco.

En El Collao, campo del Alcoyano, vimos a Casemiro y Valverde en el centro del campo, acompañados por Isco. Éste, en vez de jugar como mediapunta a fin de aprovechar los tiros desde la media distancia y asistir a sus extremos, abandonaba su demarcación para actuar por detrás de los escudos de la defensa. Imponiendo un fútbol andarín que le permitía a sus rivales replegarse raudamente y con las líneas muy juntas para obnubilar las pocas ideas de los atacantes. 

Pregunta: ¿necesitaba el Madrid dos mediocentros para jugar con un equipo de Segunda División B? Inquiero: ¿cómo es posible que el entrenador del Madrid no se diera cuenta de semejante despropósito? Y, para más inri, Isco, cuando se habían jugado veinte minutos, más o menos, andaba ya dando barquinazos por agotamiento. 

Cualquier entrenador, por muy cerrado de mollera que sea, se habría percatado del asunto y hubiera reaccionado con celeridad para corregir tamaño despropósito. Pero ZZ no suele inmutarse nunca ante problemas de esa índole. Él lo confía todo a la improvisación y en dejarse llevar por cuanto le dicen los hombres fuertes del vestuario...   

Ah, le deseo a ZZ que se recupere cuanto antes del virus.